“Todos debemos tener compromiso y saber qué nos toca”, dice Saraí de los Ángeles, directora de escuela primaria en San Luis Potosí. Pero, ¿quiénes son “todos” y cómo perciben la evaluación de la educación? ¿Cuál es su concepto de mejora educativa y cómo trabajan para lograrla? Aquí, una muestra a través de distintas voces.
¿Qué opinión tendríamos si escuchamos los testimonios de aquellos que no diseñan las políticas públicas, sino que las ponen en marcha? Esta edición número 6 de la Gaceta retrata las palabras de algunos de estos actores, parte del colectivo escolar, algunos, funcionarios y miembros de las organizaciones de la sociedad civil, otros, a quienes hemos preguntado qué hacen, desde sus trincheras, para contribuir a la mejora de la educación en México.
Cómo perciben la calidad educativa
Para Aranza Vázquez Galeana, estudiante de sexto grado de la Escuela Primaria Federal de Tiempo Completo “Ejército Mexicano”, en Acapulco, Guerrero, “calidad de la educación es una escuela donde los maestros estén muy bien capacitados; es que los padres ayuden a los niños para que estudien y hagan sus tareas, que los alumnos tengan valores, como honestidad, puntualidad, empatía, responsabilidad. Una escuela limpia, segura y en buenas condiciones, donde los niños sean felices”.
“Tuve la experiencia de estudiar en Estados Unidos y aquí en México ―comenta Treisy Valeria O. Romero, de 16 años, estudiante del quinto semestre de la Preparatoria No. 6 de la Universidad Nacional Autónoma de México―, y el apoyo de los maestros es muy diferente y, en muchos casos, eso es lo que hace la diferencia en el aprendizaje”.
“La educación en nuestro México ha tenido un giro para mejorar e incentivar a los docentes. Uno de los mayores retos es lograr que los maestros hagan lo que saben hacer tras la reforma ―dice Saraí de los Ángeles, directora de la escuela primaria “Juan de Villerías”, en San Luis Potosí―, porque son el pilar y el sostén de nuestra educación. En cuanto a los desafíos que enfrentamos como país, el principal es hacer que se cumplan las leyes y los acuerdos de todos los actores. Motivar a los maestros que ya ascendieron a seguir profesionalizándose sin quitarles los derechos que ya se tenían ganados, involucrar a los padres de familia y tratar de mejorar en las evaluaciones.
“Si recibimos una educación de calidad, nos ayuda a nuestro futuro, pues desarrollamos nuestras capacidades mentales. Es necesario también evaluar a los maestros para ver si dan bien las clases; a las diferentes escuelas y a los jóvenes, para ver si han aprendido lo que dicen sus maestros”, dice Adrián Duño, de 13 años, alumno de segundo grado de la Telesecundaria 101 de Hidalgo.
“Los maestros deben trabajar, conocer los planes y programas; implementar la teoría en la práctica cotidiana, planear acorde con el contexto y, sobre todo, ser investigadores autónomos y conocer qué estrategias y técnicas son las mejores para su grupo. Deben tener un enfoque humanista”, dice Saraí de los Ángeles.
“Yo creo que las evaluaciones están bien porque así los maestros pueden ver cómo vamos mejorando en nuestros aprendizajes ―señala Aranza ―, así refuerzan sus conocimientos y la manera en que nos enseñan y explican.
¿Cómo perciben la evaluación?
“He escuchado sobre la Reforma Educativa. Ha sido muy exigente. Con respecto a la evaluación de los maestros, lo veo bien porque es un parámetro para conocer el nivel de los profesores que tienen que ser mejores para enseñar mejor. Creo también que hay que evaluar a puestos más altos que los maestros ―dice Claudia Guadalupe Huante Sánchez, arquitecta y madre de tres hijos en edad escolar, de Acapulco, Guerrero―.
“Hay que evaluar a los maestros para saber cómo estamos como alumnos y creo que también es oportuno porque hay que ver cómo dan la clase ―dice Treisy―. Son ellos quienes nos tienen que guiar en nuestros conocimientos y aprendizajes. Se tendría que evaluar la calidad y suficiencia tanto de la infraestructura como de las instalaciones y el material. Si son muy grandes los grupos, los maestros no alcanzan a atender a todos”.
¿Qué retos perciben?
“Me gustaría que nos reforzaran redacción. Creo que la educación nos tiene que preparar para desarrollarnos muy bien como profesionistas. Es la base para que posteriormente podamos buscar empleo. Algo que falta es que nos enseñen a ‘aprender a aprender’, dice Treisy.
¿Qué hacen para contribuir a la mejora educativa?
Saraí de los Ángeles comenta: “Día a día se están gestionando actividades con los padres de familia; sin su apoyo la escuela no va a crecer. Es muy importante involucrarlos. Hay que tener un liderazgo compartido y estar al tanto del trabajo de la escuela y del aula, gestionar y tener una profesionalización constante y, sobre todo, conocer el contexto y promover la profesionalización a partir de los valores que tenemos como personas. Tenemos que contar con maestros que no sólo egresen como licenciados en educación o universitarios, sino que tengan vocación y profesionalismo”.
Evaluación para la mejora
“La evaluación educativa motiva a los maestros a ser mejores cada día, sobre todo porque no hay que esperar a tener años de servicio para lograr un ascenso, pero se trata de que uno quiera prepararse día a día ―dice Saraí―. Lo que propongo es que sea un proceso equitativo, que las personas que nos evalúen y hacen los exámenes no sólo estén certificados, sino que también sepan lo que están evaluando. La evaluación también debe aplicarse a los alumnos, evaluar es mejorar. Es un trabajo colaborativo. No nada más es para ganar algo, sino para saber cuáles son las competencias que como docentes tenemos que fortalecer”.
México en diez años
“Dentro de diez años veo una educación de calidad, un gran avance que se deberá al esfuerzo y profesionalismo de cada docente, donde cada quien hace su trabajo y se involucra en lo que le corresponde. Propondría que haya una profesionalización importante, que las evaluaciones sean en tiempo y forma, y en más escuelas, pero con mejor infraestructura. Voy a meter al gobierno: más ingresos al rubro de educación distribuidos de forma equitativa”.
“Si tuviera la oportunidad de dirigir un sistema educativo, propondría que los maestros que ocuparan un lugar en las aulas, sin importar la región, amen su trabajo. Se preparen todos los días, no para un examen, sino diario. Involucrar a los padres de familia, no sólo en los pagos, sino con pláticas, talleres. Muchos saben oficios, entonces, que enseñen a los niños lo que hay en la localidad”.
La participación de otros agentes: ¿qué corresponde a cada quién?
“Una función importante en las direcciones del Instituto ―dice Manuel Jorge Alberto González Montesinos Martínez, director general adjunto del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en Sonora― es coordinarnos con la autoridad educativa estatal en general. Hay que potenciar el talento personal de los docentes y el desarrollo de sus capacidades de aprendizaje. La participación social de la ciudadanía es esencial para que las escuelas puedan tener éxito en su cometido. Ahora, hay que fortalecer también otro aspecto, la gestión administrativa y académica de todas las instituciones educativas”.
Evaluación con trato humano
“La evaluación siempre ha existido en los procesos educativos ―comenta Manuel―, pero está empezando a ser vista como una herramienta de mejora. Sin olvidar que necesitamos que los procesos de evaluación sean con trato humano. Alguna consejera de nuestra Junta de Gobierno ha dicho: los profesores hacen todo lo que pueden con lo que tienen a la mano en el país. Ésa es una visión muy clara y muy justa. Entonces con información sistematizada de sus contextos locales van a poder hacer mucho más”.
Qué actores deben participar: de lo local a lo federal
“Es una combinación. Necesitamos más participación de la autoridad educativa local. Al docente ya le hemos encargado mucho. A los supervisores, asesores técnico-pedagógicos, al Servicio de Asistencia Técnica a la Escuela, necesitamos estimularlos, hacerlos consistentes y que sean reconocidos como figuras. Tenemos que pensar en los colectivos escolares. Otro actor que tiene mucho interés es la iniciativa privada”, indica el director general adjunto del INEE Sonora.
Por su parte, Consuelo Mendoza García, presidenta de la Unión Nacional de Padres de Familia,[1] afirma que “uno de los mayores retos es la calidad de la educación. Hay muchas carencias todavía. Muchas veces se confunde la enseñanza y la instrucción con la educación: no es suficiente que el niño aprenda matemáticas y español y a leer bien para que reciba la educación adecuada. Tiene que ser una educación integral donde aprendan también a vivir, a ser felices, la ética y el civismo que les permitan convivir y construir el país, en un futuro.
“Un tema muy importante es la preparación de los docentes. Se necesita que las normales sean renovadas y que la currícula de los alumnos normalistas sea la adecuada para los tiempos que estamos viviendo. Que se haga una reforma a fondo. Un reto es la participación de los padres, que sean realmente activos en la escuela. Es parte de la razón de ser de la Unión Nacional de Padres de Familia, precisamente nuestro lema es ‘Por mi deber y por mi derecho’. El derecho que tenemos como primeros educadores de nuestros hijos, que durante muchos años no se reconoció. Otro tema que trabajamos y consideramos muy importante es la libertad de enseñanza, que muchas veces no existe en México”.
¿Cómo enfrentar estos retos?
“No todos los papás —prosigue Consuelo— saben que ya pueden opinar en contenidos, estar en el Consejo de Participación Social y que su papel va muchísimo más allá de organizar la kermés el día del niño o el día del maestro. También pueden vigilar el funcionamiento de la escuela, y participar y apoyar a los directivos y a los maestros en diferentes actividades. Eso ya está en la Ley General de Educación”.
Evaluación como oportunidad
Para Consuelo, “toda persona debe ser evaluada para desempeñar cualquier cargo. En todos los niveles se necesita cumplir con un estándar. Pero también es necesario brindarle al maestro todas las herramientas para actualizarse y concursar debidamente en estas evaluaciones. Se necesita que tengan más comunicación con las autoridades. Quizá el problema es que ésta se da por medio de los sindicatos, y tiene que ser más directa, para que vean en la evaluación una oportunidad y no una amenaza. Los maestros trabajan con los corazones y con el futuro de los niños. ¿Quién no tiene guardado en el corazón el recuerdo de un maestro que nos dio el empujón que necesitábamos para ser mejores personas o el buen ejemplo? También es muy importante que los maestros conozcan la labor del INEE”.
Apoyo federal
“Federalmente tiene que haber apoyo y organización con los maestros, pero se tiene que favorecer la descentralización, porque no son los mismos requerimientos en la escuela de Yucatán que en la de Toluca o en Chihuahua. De acuerdo con las necesidades que haya, se deberían de plantear también los programas y, sobre todo, empezar a trabajar en la autonomía de las escuelas”, comenta Consuelo.
Educación como eje transversal
“También es importante despolitizar la educación, porque esto hace que se muevan otros intereses y no el que debe ser. Para que la educación avance, ésta debe ser el eje transversal de toda política pública. Mientras no haya un avance en la educación, México no podrá avanzar”, dice la presidenta de la Unión Nacional de Padres de Familia.
Los retos actuales de la educación en México
Leonor Elizabeth Sibaja Domínguez, supervisora de Chiapas, comenta: “Es posible reformular el federalismo, siempre y cuando exista la voluntad no sólo del sistema educativo nacional, sino de los tres poderes de gobierno. Nos va a permitir, desde la trinchera en que estamos, retomar la autonomía política.
“A mí me da mucha satisfacción que existan los consejos escolares de participación social. En ellos hay un listado de actividades y talleres que se pueden impulsar al interior de cada escuela, porque son de extensión comunitaria”.
Nuestra aportación para la calidad
“La calidad educativa está en que nosotros como supervisores estemos en las escuelas. Tuve la oportunidad de estar en varias, ver a los padres de familia, conversar con ellos, presentarme, conocer sus necesidades y tomar nota de cuántas cosas podíamos hacer de manera conjunta, aun si no contábamos con el apoyo del ayuntamiento o de algún programa. A veces, les decimos que somos aves de paso. Hoy estamos y mañana ya no. Por eso, debemos dejar huella, dice Leonor”.
El camino hacia la mejora educativa
“La figura de directivo y de la supervisión son detonantes para el logro. Los docentes tienen la pieza clave, tienen toda la autoridad de enseñar y nosotros de asesorar y acompañar, entonces lo debemos de hacer de manera adecuada y eficaz.
“Hay que hacer de los aprendizajes algo divergente. En cuanto al sistema educativo, debe tener una mejor partida presupuestal en términos de uso y de equidad para las escuelas. Debemos asumir nuestra responsabilidad como servidores públicos, porque en muchos casos nos queremos apropiar de cosas que no son nuestras. Estamos al servicio de una nación y, sobre todo, de los niños”, comenta Leonor Elizabeth.
Miradas y acciones desde la sociedad civil
Nashieli Ramírez, coordinadora general de Ririki Intervención Social,[2] cuenta: “Somos una organización que trabaja por la defensa y la garantía de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Todo lo que hacemos es para incidir en la agenda de políticas públicas hacia esta población en nuestro país. Nosotros participamos muy activamente en la integración de la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, de su reglamento”.
Los retos que vislumbran para la educación en México
“Son básicamente dos. El primero: la inclusión. El segundo tiene que ver con los propios desafíos de la inclusión en términos de la pertinencia de las escuelas. El reto a la inclusión que generalmente no se discute es hacia un nuevo contexto donde la escuela y la educación tienen que luchar por la pertinencia, no la utilitaria, sino también en términos de cómo están aprendiendo, qué están haciendo, en qué mundo, con qué velocidad y con qué otro tipo de herramientas y lógicas. Otro de los retos mayores es la burocracia.
“Tenemos en esencia un sistema creado desde la lógica vertical. Creo que ahí hay muchísima falta de sensibilidad. La apuesta de lo local, de abajo hacia arriba va en cómo transformas la comunidad escolar. Y en esto uno de los actores clave es la gente”.
Evaluación para la mejora
“La evaluación es pertinente a cualquier proceso que hagas con un tercero, que en su esencia implique transformación. Tienes que ir valorando si lo que estás haciendo estás haciéndolo bien o mal. Algunos reciben la evaluación como algo básicamente punitivo, no como un proceso formativo”.
La contribución desde la sociedad civil
“Hoy existen muchas organizaciones, colectivos y movimientos que tratan de incidir. El sistema todavía está en una crisis que intenta empezar a superar la opinión pública. Es muy importante no pensar las organizaciones y la sociedad civil de manera homogénea, porque son un reflejo heterogéneo, igual que la sociedad. Y tampoco ver de manera maniquea todo lo que hace el Estado como malo y todo lo que hacen y dicen las organizaciones, como bueno. Federalismo es el punto en donde te encuentras en medio donde lo puedes lograr, sobre todo en un país como el nuestro.
“El asunto público de la escuela es un asunto que en diez años va a seguir y la sociedad va a seguir fortaleciéndose en eso y, pase lo que pase, la sociedad civil va a seguir aportando”, concluye Nashieli.
Entrevistas:
Magdalena Alpizar, Mary Carmen Reyes, Lizbeth Torres Alvarado
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[1] Miembro del Consejo Social Consultivo de Evaluación de la Educación (CONSCEE) del INEE.
[2] Miembro del Consejo Social Consultivo de Evaluación de la Educación (CONSCEE) del INEE.