La educación media superior como cimiento de un proyecto de vida

En entrevista, Rodolfo Tuirán, subsecretario de Educación Media Superior, describe el panorama de su área en el contexto del Nuevo Modelo Educativo dado a conocer en 2017 por la Secretaría de Educación Pública de México: avances, retos, aportaciones, definición de éxito e importancia de la evaluación.

Entrevista: Lizbeth Torres Alvarado.

Avances y retos en la EMS

Los avances de la educación media superior (EMS) incluyen logros en cobertura, equidad y calidad, pero los retos indican el largo camino que queda por recorrer para contar con una educación media superior de calidad que prepare a los jóvenes para enfrentar los cambios sociales y económicos.

Cobertura

En primer lugar, se han ampliado extraordinariamente las oportunidades educativas. Entre 2012 y 2016, la matrícula pasó de 4.4 millones a 5.5 millones (2016). Esto significa un incremento notable en la tasa de cobertura, de 65.9% a 82%. La meta es que al terminar la presente administración federal haya 85% en la tasa de cobertura. Esto se ha logrado con el incremento de planteles y la creación de modalidades no presenciales o semi-presenciales, como el telebachillerato, la prepa en línea y la prepa abierta.

Equidad

También hemos crecido con equidad. Cada vez más jóvenes en condiciones de desventaja tienen acceso a la educación media superior. Hoy, un joven que pertenece a los primeros cuatro deciles de ingreso en México tiene 72% de probabilidad de acceder a la ems; hace cuatro años, era de 61%.

El aumento en la cobertura lo hemos hecho con más equidad a través de mecanismos como las becas, porque de nada sirve que ampliemos la oferta y las oportunidades de acceso si los jóvenes nos las pueden aprovechar.

Calidad

En 2012, sólo 4.2% del total de la matrícula en la ems estaba inscrita en planteles del Sistema Nacional de Bachillerato, que es un padrón de calidad. Hoy ese porcentaje es de 41.7%. El objetivo es terminar esta administración federal con al menos 50% de la matrícula adscrita a dicho rubro.

Sin embargo, reconocemos que la calidad no sólo es la alineación de procesos o de insumos, sino que se advierte en los resultados de aprendizaje y desempeño escolar. La calidad de la educación depende de muchos factores e incluye al estudiante y su capital intelectual acumulado.

Este capital se construye de muchas maneras, distintas formas, pero es una realidad que los jóvenes llegan a la ems con enormes déficits en habilidades cognitivas y socioemocionales. Además de aportar nuevos conocimientos y desarrollar destrezas y competencias, también es tarea de la escuela apoyarlos para vencer y superar los rezagos acumulados.

Frente a esto, el primer paso es contar con docentes adecuados, que tengan las competencias necesarias y vocación.

Las investigaciones muestran que la suma del capital intelectual de los jóvenes y la aportación de los maestros explica buena parte de los avances en los aprendizajes de los estudiantes. Hay otros factores, como el liderazgo de los directores para movilizar los recursos de la escuela en torno o alrededor de los jóvenes y la participación responsable de los padres de familia al apoyar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Abandono escolar

Sabemos que uno de los principales obstáculos en la ems es el abandono escolar, que hoy es de 12.6% y en 2012 era de 15%. Esta disminución es equivalente a lo logrado en 22 años anteriores.

En este sentido, hemos aceptado que buena parte de los factores que determinan el abandono están en la propia escuela y que es responsabilidad de ésta afrontarlos mediante el liderazgo de los directores, la capacitación de los docentes, las becas y los mecanismos de alerta temprana.

En décadas previas se pensaba que el abandono escolar tenía su principal causa en los factores económicos: los jóvenes dejaban de estudiar para trabajar y apoyar a sus familias en tareas domésticas o extra-domésticas. Hoy sabemos que el abandono también tiene que ver con la motivación de los estudiantes, el tipo de enseñanza que se les brinda, la falta de pertinencia y pertenencia a la escuela, etcétera. ¿Qué hemos hecho al respecto? En primer lugar, conformamos un movimiento contra el abandono. Cada año capacitamos a 10 mil directores y les damos una caja de herramientas sobre cómo enfrentar el abandono.

Además, damos a la escuela herramientas para identificar si un joven está en riesgo de abandono. También se introducen instrumentos de apoyo económico, como las becas contra el abandono escolar. Construye T es otro programa en el que, a través del desarrollo de 18 habilidades socioemocionales, los jóvenes adquieren la posibilidad de conocer y manejar sus emociones, así como construir relaciones sociales más asertivas para enfrentar los riesgos propios de su edad, como el consumo alcohol, las drogas o la violencia.

Aprendizajes adecuados y significativos

Tenemos que disminuir la proporción de los jóvenes en los niveles de logro I y II de la prueba Planea (Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes). Esto incluye tratar de reducir las brechas a favor de los hombres, sobre todo en Matemáticas, que reflejan las diferencias en la atención y el trato que le damos a la formación de hombres y mujeres desde el nivel básico. También necesitamos disminuir las brechas en contra de los jóvenes que viven en condiciones de vulnerabilidad.

Contextos

Los jóvenes enfrentan muchos problemas en sus entornos. De acuerdo con las encuestas de la Subsecretaría de Educación Media Superior, 70% señala que ha sufrido algún tipo de violencia en la escuela en el último año. De este porcentaje, la mitad menciona violencia reiterada (que es lo que más se acerca al concepto de bullying). Además, 14% ha experimentado con algún tipo de droga ilícita, casi 50% ingiere alcohol y 22% tiene relaciones sexuales sin protección, lo que produce un alto porcentaje de embarazos. Todo esto trastoca la posibilidad de seguir estudiando y la trayectoria de vida. Aquí es importante mencionar que la escuela ha sido vista tradicionalmente como una entidad responsable del desarrollo de habilidades cognitivas en los jóvenes, pero es una realidad que el desarrollo de habilidades socioemocionales es relevante, contribuye al desempeño escolar y brinda herramientas para enfrentar mejor los factores contextuales.

Un joven que se conoce mejor a sí mismo, tiene la capacidad para construir relaciones empáticas con terceros, sabe tomar decisiones, es perseverante, sabe trabajar en equipo y sabe manejar sus emociones es un joven mucho mejor dotado para enfrentar los retos de la vida. La escuela, entonces, tiene que ser responsable de brindar a los jóvenes estas herramientas socioemocionales y, al mismo tiempo, propiciar el desarrollo de habilidades cognitivas suficientes y adecuadas para el avance de la trayectoria escolar.

Relación aprendizaje-mercado laboral

Hay una brecha en términos de altas y bajas tasas de empleabilidad, o de bajos, medianos y altos ingresos. En este aspecto, hemos establecido modalidades de vinculación entre escuela y empresa para incidir en el currículo y en los contenidos de los aprendizajes. Esto es para que los jóvenes desarrollen habilidades que les permitan enfrentar los requerimientos de sus primeros empleos.

En las encuestas, sólo 40% destaca que las competencias aprendidas en la escuela fueron útiles en su primer empleo. Esto revela la escasa pertinencia de la EMS.

Aportaciones del Nuevo Modelo Educativo

El nuevo modelo curricular busca mantener a los jóvenes en la escuela. Para ello, se aleja de los conocimientos memorísticos y se acerca al desarrollo de competencias —la combinación de conocimientos y valores— para dar solución a los eventos de la vida. Es decir, se traza un modelo que les permita a los jóvenes ser protagonistas de su propio desarrollo, su conocimiento y transformación.

Los docentes son parte importante de este proceso de alejamiento de modelos memorísticos. No pueden seguir siendo conferencistas magistrales, tienen que desarrollar interacción con los alumnos.

El modelo también reconoce la importancia de introducir cierta autonomía curricular. Debe existir un currículo común, con los aprendizajes fundamentales, y flexible para introducir elementos regionales y locales que lo hagan más cercano y pertinente.

Debo mencionar que, por su naturaleza, en la ems ya existe esta autonomía curricular. Me explico: la educación básica es un sistema con 32 expresiones estatales. En la EMS hay 33 subsistemas con 150 expresiones organizacionales e institucionales. Estos subsistemas surgieron en función de las necesidades específicas de expansión en cada entidad federativa y a nivel nacional: colegios de estudios científicos, colegios del mar, telebachilleratos y centros de educación media superior a distancia, entre otros. Lo mismo pasó con los centros de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional.

Estos son algunos de los elementos que se integran en el Nuevo Modelo Educativo que, en esencia, pone a la escuela al centro y a la burocracia subordinada a sus fines y propósitos. Por ello, será una escuela que respete y se enriquezca de la diversidad social y lingüística de sus contextos, con un marco de gobernabilidad mucho más complejo. En resumen, hay cinco elementos que dan lugar al nuevo modelo curricular: la escuela al centro, la dimensión curricular, la formación docente, la nueva gobernabilidad y la equidad e inclusión.

Las visiones del éxito en la EMS

Si fuésemos exigentes con nosotros mismos, mediríamos el éxito a través del acceso de los jóvenes a la educación, la equidad con que lo hacen, la calidad educativa y los resultados de los aprendizajes adecuados y relevantes. Desde el sistema, el éxito se mediría a través del acceso a una educación de calidad, como lo establece el mandato constitucional, que valore el desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales, y que procure que el joven tenga un buen desarrollo físico, social, emocional, cultural, etcétera.

Desde el punto de vista de las personas, el éxito deriva del perfil de egreso de la educación media superior, que establece que quienes egresan de ella han adquirido las siguientes competencias: 11 genéricas, 54 disciplinarias básicas y 60 disciplinarias extendidas, además de las competencias profesionales. Sin embargo, si estas competencias no son activadas por los jóvenes, no les son de utilidad para enfrentarse a un mundo en constante cambio. En ese sentido, la calidad y la pertinencia de la educación se miden, en buena medida, por el éxito asociado al proyecto personal. Si el proyecto del joven es continuar a la educación superior, las competencias le tendrían que ser adecuadas y suficientes para desarrollarse pertinentemente en la educación superior; si su deseo es incorporarse al mercado laboral, sus competencias le deberían permitir adquirir un empleo digno, satisfactorio, que le dé los ingresos necesarios. Estas características nos acercan a un concepto de desarrollo integral y pleno para su propio proyecto de vida. El éxito de los jóvenes no se mide con sólo un indicador, sino desde los resultados adecuados de aprendizaje, las competencias desarrolladas y la posesión de un empleo digno y satisfactorio. Es un conjunto de indicadores que refleja una medida de satisfacción con el desarrollo adecuado de sus proyectos de vida y con una suerte de agrado que se va acercando a la posibilidad de ser feliz. Ahí es donde la educación puede hacer contribuciones importantes.

La importancia de la evaluación

En este amplio panorama presente y futuro de la ems, es necesario contar con elementos que nos permitan conocer si la escuela está cumpliendo con sus objetivos, conocer mejor las realidades en las que se desarrollan los jóvenes y evaluar el desempeño de las personas e instituciones de la educación.

Por ello, son vitales las acciones del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y las de la Secretaría de Educación Pública.

En el caso del INEE, dado que hay mucho que medir y evaluar, serán relevantes los ejercicios de evaluación y emisión de directrices que permitan mejorar la EMS.

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