Los resultados de las evaluaciones para el ingreso permitieron documentar las brechas de conocimientos y habilidades que existen entre los docentes que aspiran a trabajar con poblaciones indígenas y los que concursan para educación general. La diferencia en el caso de aspirantes a preescolar inició en 2014 con 24 puntos porcentuales en el primer concurso, y en 2018 se redujo a 20 puntos porcentuales. En el caso de primaria, en 2014 la diferencia fue de 25 puntos porcentuales, y en 2018, de 21 puntos porcentuales. En gran medida, estos resultados obedecen a un rezago histórico de la población indígena, y también a que la evaluación para el ingreso de aspirantes a escuelas de primaria y preescolar indígena valoró también el dominio de la lengua que hablan los niños y niñas a los que se brinda atención.
Sin embargo, es muy importante señalar que el seguimiento de aspirantes que han participado en los procesos de ingreso a lo largo de cinco años permite reconocer mayores avances en los resultados de los docentes indígenas que en los de escuelas generales. En el caso de primaria indígena, de 14.5% sustentantes con resultado idóneo en 2014, se avanzó hasta un máximo de 44.0% en 2017, aunque hubo un decremento de 11 puntos porcentuales en 2018, lo que representa 20.5 puntos porcentuales de diferencia en cinco años; en contraste, los aspirantes a escuelas generales aumentaron sólo 16.6 puntos porcentuales. En preescolar indígena también se advierte esta tendencia, ya que de 18.4% de sustentantes con resultado idóneo en 2014, en 2018 la cantidad aumentó a 46.3%, lo que representa un incremento de 27.9 puntos porcentuales, en contraste con el incremento de 23.8 puntos que experimentaron los aspirantes a preescolar general (gráfica 2.9).
Gráfica 2.9 Docentes con resultado Idóneo evaluados en los concursos de oposición para el ingreso al SPD. Educación primaria
El aumento de docentes con conocimientos y habilidades conforme al perfil definido es particularmente significativo en este tipo de servicio, debido a las condiciones desafiantes en las que laboran, las cuales implican retos adicionales para su práctica. Tales desafíos se evidencian en diversos estudios realizados por este Instituto, de los que puede mencionarse uno dirigido a explorar las prácticas de docentes de escuelas de educación preescolar y primaria indígenas, multigrado y de telesecundaria. Entre los hallazgos de ese estudio llaman la atención las condiciones de precariedad en recursos y materiales, así como la constante adaptación a las contingencias diarias que, si bien están presentes en la educación general, se agudiza en este tipo de servicios (INEE, 2017c).
Estos docentes también se enfrentan al trabajo en escuelas multigrado, lo que implica grupos conformados en gran parte por alumnos hablantes de diversas lenguas, con distintos niveles de dominio de los contenidos y de diferentes edades y grados escolares. Puesto que no se cuenta con una metodología de enseñanza multigrado que oriente a los docentes para atender este tipo de grupos, desarrollan su práctica con los elementos que la experiencia profesional les brinda. Adicionalmente, algunos de sus alumnos asisten a las escuelas de manera intermitente debido a las actividades laborales de sus padres o a las de ellos mismos. Las condiciones mencionadas constituyen factores que explican en gran medida la brecha entre la educación que proporcionan estos tipos de servicio y la que se imparte en las escuelas generales.
Han transcurrido sólo cinco años desde que se realizaron los procesos para la selección de docentes y directivos que entrarán en funciones, y se ha abierto la posibilidad de renovar la planta docente, lo cual es un esfuerzo cuyos efectos se podrán valorar en el mediano plazo. Mientras tanto, la publicación de los resultados y el acceso a las bases de datos derivadas de estas evaluaciones han dado lugar a diversos estudios para valorar el impacto que ha tenido este proceso de renovación del capital humano que ingresa o se promueve con base en el mérito. Al respecto, ha cobrado notoriedad el hecho de que docentes y directivos que ingresaron a sus funciones mediante los procesos de evaluación realizados en 2014 y 2015 despliegan en su práctica diaria estrategias consideradas exitosas, en función de sus capacidades para incluir elementos como el compromiso, la inclusión, el liderazgo distribuido, la participación, la corresponsabilidad, la cercanía, el acompañamiento y la innovación, a fin de alcanzar el éxito educativo en relación con el aprendizaje de los alumnos (Sañudo, 2018).