Grado promedio de escolaridad

La escolaridad de la población del país ha ido en aumento en las últimas décadas debido, principalmente, a la expansión tanto de la educación obligatoria como de la educación superior. Esto, aunado al interés creciente de las familias para que los niños y jóvenes completen y prolonguen su formación escolar, se ha reflejado en un aumento continuo de la escolaridad en las últimas seis décadas a razón de 1.1 grados por cada 10 años. Mientras que en 1960 la población de 15 años y más alcanzó una escolaridad promedio de apenas 2.5 grados (casi tercero de primaria), en 2015 ésta se incrementó a 9.2, equivalente a la secundaria terminada (gráfica 1.21).

Gráfica 1.21 Grado promedio de escolaridad por sexo (1960-2015)

El incremento en la escolaridad de la población se ve limitado por la desigualdad en su distribución. Por ejemplo, la gráfica 1.22 muestra que en el ámbito estatal el valor máximo para la población de 15 años y más se alcanzó en la Ciudad de México (11.1 grados) y el mínimo en Chiapas (7.3 grados), aunque el avance en las últimas décadas ha sido de seis grados en ambas entidades. Otros estados con valores bajos en 2015 fueron Oaxaca (7.5 grados), Guerrero (7.8 grados) y Michoacán (7.9 grados), que han crecido a un ritmo ligeramente mayor desde 1960. Por ejemplo, Guerrero tenía en ese año el menor grado promedio de escolaridad (GPE) de todo el país (apenas un grado), e incluso estaba por debajo de Chiapas (1.3 grados en ese año).

Gráfica 1.22 Grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más y su cambio entre 1960 y 2015, por entidad federativa

Otras entidades que hace 55 años tenían un GPE igualmente bajo, como Querétaro (1.4 grados) y Tabasco (1.9 grados), han tenido un ritmo de crecimiento mayor en este indicador. Querétaro aumentó su escolaridad en más de 8 grados y Tabasco alcanzó los 7.4 grados. Pero cabe mencionar que el incremento de la escolaridad en Querétaro ha sigo gradual a lo largo de seis décadas, mientras que en Tabasco es resultado de un esfuerzo en los últimos 20 años.

En el extremo están Baja California Sur (9.8 grados), Coahuila (9.9 grados), Sonora (10 grados) y Nuevo León (10.3 grados), además de la mencionada Ciudad de México, cuya escolaridad promedio en 2016 fue de prácticamente primer grado de EMS, y que en 1960 ya era de las entidades con mayor grado de escolaridad en el país.

Para las poblaciones vulnerables el aumento en la escolaridad ha sido relativamente más lento. Estimaciones realizadas a partir de los datos del Módulo de Condiciones Socioeconómicas de la ENIGH (tabla 1.10) revelan que el promedio de escolaridad de la población de 15 años y más en el quintil más bajo de ingreso fue de 6.6 grados en 2016, más de la mitad de la escolaridad de la población en el quintil más alto. En el mismo sentido, el GPE en la población en condiciones de pobreza fue de 7.3 grados y en la población en pobreza extrema fue aún más bajo: 5.2 grados. Entre la población no pobre y no vulnerable la escolarización es equivalente a la EMS terminada. De la misma forma, la escolaridad de la población con alguna discapacidad es de apenas 5.5 grados, la más baja entre las poblaciones en vulnerabilidad. Esto informa de los resultados diferenciados que ha tenido el SEN en los distintos escenarios de desarrollo del país, lo que pone de manifiesto la necesidad de fortalecer la equidad educativa.

Tabla 1.10 Grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más por quintil de ingreso, y condición de pobreza y de discapacidad (2008-2016)

Las disparidades en el GPE expuestas anteriormente confirman que persisten desigualdades en la compleción de la EB y la obligatoria. Aunque se percibe un cambio en la tendencia hacia un emparejamiento en la escolaridad entre mujeres y hombres, todavía persisten importantes brechas en cuanto a la escolaridad media de la población en condición de pobreza, con ingresos bajos y la población HLI respecto al resto de la población. Brechas que se antojan difíciles de cerrar dado el crecimiento lento de este indicador en las décadas pasadas. Así, si fijamos como referente el alcanzar los 12 grados de educación obligatoria entre la población hablante y no hablante de lengua indígena, tendríamos que esta meta se alcanzaría después de 2030 entre los últimos, y 20 años después, hacia 2050, en los primeros (gráfica 1.23). Dado este referente de grado de escolaridad, podríamos decir que la población no pobre y con los niveles de ingreso más altos ya alcanzó en promedio el nivel equivalente a la EMS completa antes de 2016.

Gráfica 1.23 Prospectiva del grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más, HLI y no HLI, para alcanzar los 12 grados de educación obligatoria (1990-2050)

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