Capítulo 4 Docentes y Directivos escolares: evaluación para la profesionalización

La profesionalización de los docentes, de acuerdo con varios autores (Tenti Fanfani, 2003; Feldfeber, 2007; Weldon e Ingvarson, 2016), es un elemento sustantivo en la mejora de los sistemas educativos. Los investigadores no sólo destacan la importancia de atraer y conservar a los mejores maestros, sino también de proporcionar formación continua en el servicio, a fin de elevar la calidad de la educación. Con tal fin, diversos países —Estados Unidos, Australia, Chile, Perú, Colombia y recientemente México— han establecido estándares que describen los conocimientos, habilidades y responsabilidades profesionales que conforman una buena práctica docente, los cuales ofrecen un marco organizado de las competencias en las cuales es relevante que un educador mejore a lo largo de su carrera (Vaillant, 2008; Leyva, Conzuelo y Navarro, 2015). Además, han demostrado ser útiles para la formación inicial y continua, y para la evaluación de desempeño de los docentes.

La profesionalización, en un sentido amplio, se considera un proceso continuo, orientado al ejercicio útil y responsable de una profesión (Darling-Hammond y Bensford, 2005). La profesionalización docente, entendida como desarrollo profesional docente, comprende la formación inicial, la formación en servicio y la carrera docente (Ferreres e Imbernón, 1999), para lo cual es importante una oferta de trayectorias de desarrollo profesional que articule las acciones de evaluación y de formación continua. En México, en el año 2013 se estableció el Servicio Profesional Docente (SPD), normado por la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD), el cual está pensado como un conjunto sistémico de acciones encaminadas a garantizar la calidad del personal docente y directivo, desde el momento que ingresa al servicio público educativo y en los siguientes pasos de su trayectoria profesional; entre otras, prevé acciones tales como la promoción a puestos con funciones de dirección, supervisión y asesoría técnica pedagógica, o bien, permanencia, promoción en la función y reconocimiento.

Para implementar el SPD y otorgar autonomía al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), se modificó el artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) y se emitieron tres leyes secundarias: Ley General de Educación (LGE), Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) y Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (LINEE). Éstas le confieren nuevas atribuciones al Instituto, como la de regular los procesos de evaluación del SPD (art. 7, LGSPD) para garantizar la calidad de los referentes e instrumentos de las evaluaciones, así como la emisión y el uso de los resultados. La autonomía concede al INEE una gran responsabilidad dentro del sistema educativo y la vida pública del país, ya que funge como contrapeso de las autoridades educativas y sirve a la sociedad mediante su juicio independiente y crítico.

El papel del INEE fue concebido para consolidar mejoras a partir del uso de los resultados de la evaluación del Sistema Educativo Nacional (SEN), tanto en su conjunto, como en cada uno de sus componentes, procesos y resultados. El propósito es lograr un impacto favorable en los aprendizajes de los estudiantes, proponiendo mejoras a la oferta educativa, al buen funcionamiento de las escuelas y a la calidad de la docencia con base en el uso de los resultados de las evaluaciones. En el caso específico del SPD, el papel del Instituto consiste en garantizar la validez de los procesos de evaluación en los concursos de ingreso y promoción, así como en la Evaluación del Desempeño de los docentes y del personal con funciones de dirección, supervisión y asesoría técnica pedagógica en servicio.

En términos de la profesionalización docente, se pretende promover el desarrollo profesional mediante dos procesos sustantivos: la evaluación y la formación continua. La primera se considera un medio para garantizar la idoneidad de los conocimientos y capacidades de los docentes y del personal con funciones de dirección, supervisión y asesoría técnica pedagógica. En la vertiente individual, se encuentran las evaluaciones de alto impacto como base para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio. En la colectiva, se consideran procesos de evaluación interna en las escuelas con fines totalmente formativos.

Los procesos de validación formal se llevan a cabo, por parte del INEE, en relación con las evaluaciones de alto impacto asociadas al SPD. En cuanto al eje de formación para la mejora profesional, del cual es responsable la Secretaría de Educación Pública (SEP), la vertiente individual está vinculada con los resultados de la evaluación de alto impacto del SPD, en tanto que la colectiva se asocia con el Servicio de Asistencia Técnica a la Escuela (SATE). Éste responde a la intención de fortalecer a las escuelas para llevar a cabo procesos de evaluación interna con fines formativos, cuyos resultados —en conjunto con los obtenidos en las evaluaciones externas— orienten acciones colectivas de formación en el servicio y la integración de comunidades de práctica que promuevan una mayor autonomía de gestión, lo cual es congruente con uno de los ejes del Modelo Educativo.

Para cumplir con el papel de regulador de las evaluaciones del SPD, en el INEE se retoma el concepto de validez, definido como el grado en que la evidencia y la teoría respaldan las interpretaciones de los puntajes de un instrumento para los usos propuestos (AERA, APA y NCME, 2014). Por ello se han desarrollado criterios técnicos (INEE, 2017d) y protocolos de validación vinculados con ellos, que implican la recopilación de evidencias de los procesos de diseño, desarrollo, aplicación, integración y uso de los resultados de las evaluaciones del SPD, a fin de proporcionar una sólida base científica que favorezca una interpretación adecuada de las puntuaciones obtenidas como resultado de los instrumentos de evaluación. El propósito principal es dar fundamento a los juicios de valor y las decisiones que se toman a partir de los resultados de las evaluaciones.

Desde esta perspectiva, el conocimiento que se genera a partir de las evaluaciones se puede utilizar para conocer las competencias y el desempeño de los docentes y directivos que integran el SEN, con lo cual se obtiene una fuente de información importante para la mejora de los procesos de docencia, gestión, supervisión y asesoría técnica pedagógica.

El propósito del presente capítulo es informar sobre algunas características y competencias de los docentes y directivos escolares, con base en los resultados de las evaluaciones que se han llevado a cabo dentro del marco del SPD. También se utiliza información de los resultados de las evaluaciones de los programas de tutoría y de la formación inicial y continua que las autoridades educativas ofrecen a los docentes y directivos escolares, así como estudios realizados en el INEE sobre la percepción de los docentes respecto de los procesos de evaluación y los programas de formación continua que han recibido en el marco del SPD. Se concluye con un análisis de lo realizado en términos de la profesionalización docente a cuatro años de la implementación del SPD, incluyendo las acciones de emisión y seguimiento de directrices en torno a los procesos de la formación inicial y continua, así como de los procesos de instrumentación de la tutoría y de los apoyos previstos en la LGSPD.

El capítulo tiene tres apartados. En el primero se describen algunas características de los docentes y directivos a partir de las estadísticas generadas por el INEE y de los resultados de las evaluaciones realizadas dentro del marco del SPD; también refiere información obtenida mediante encuestas realizadas a docentes y directivos que han participado en los procesos de evaluación. En el segundo apartado se detalla la información relativa a la formación inicial y continua, así como a los programas de tutoría, obtenida mediante la evaluación de programas y encuestas de opinión aplicadas a los beneficiarios. En el tercer apartado se presentan algunas conclusiones en términos de logros y de aspectos que requieren mejora, a cuatro años de evaluaciones de docentes y directivos en el marco de profesionalización de la docencia en nuestro país.

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