El sexo de los estudiantes
La investigación educativa ha mostrado que las diferencias observadas en el logro académico pueden ser explicadas, entre otros factores, por los roles asignados culturalmente a las mujeres y a los hombres. Esta situación influye de forma sustancial en el acceso a oportunidades para el desarrollo y, por lo tanto, en el moldeamiento de conocimientos y habilidades mostradas tanto por las mujeres como los hombres en Lenguaje y Comunicación y Matemáticas.
En las distintas evaluaciones realizadas durante este periodo, desde el preescolar hasta el término de la EMS, se encontró consistentemente que en Lenguaje y Comunicación las mujeres muestran un mejor desempeño que los hombres. Esta diferencia a favor de las mujeres es relativamente pequeña en educación preescolar (con un promedio de 15 puntos en el periodo de 2007 a 2011), alcanza su margen más amplio al cierre de la educación primaria y durante toda la secundaria (con un promedio de 30 puntos en el periodo de 2006 a 2015), y se reduce en la EMS (con 19 puntos en 2017).
En Matemáticas, por el contrario, las diferencias no son constantes ni para las mujeres ni para los hombres. Ni en preescolar (en el periodo que va de 2007 a 2011), ni en la educación primaria (en el periodo que va de 2006 a 2015), se encuentran diferencias significativas cuando se comparan los promedios de logro de ambos sexos. Sólo al final de la secundaria se empieza a vislumbrar una diferencia a favor de los hombres (un promedio de 10 puntos en el periodo que va de 2008 a 2015). Esta diferencia se acentúa en la última aplicación de EMS, en la que los hombres mostraron un desempeño en Matemáticas 25 puntos mayor al de las mujeres.
El objetivo de analizar el comportamiento de esta variable a lo largo de los años no debería circunscribirse a identificar si las mujeres muestran un mejor desempeño en Lenguaje y Comunicación o si los hombres sobresalen en Matemáticas al final de la EMS, sino en cómo estos datos pueden ser de utilidad para indagar si las prácticas de enseñanza de ambas disciplinas pueden influir para que se reduzcan las brechas en el aprendizaje entre las mujeres y los hombres.
La edad de los estudiantes
La edad en que los estudiantes cursan un nivel educativo puede influir en sus resultados de logro. Se distinguen principalmente a los alumnos que están en condición de extraedad y a los que están en edad típica. La extraedad hace referencia al desfase de dos años o más entre la edad cronológica del educando y la edad escolar reglamentaria o edad típica para cursar un nivel determinado dentro del SEN (SEP, 2013e). En las evaluaciones del INEE se compara a partir de un año de desfase entre la edad cronológica del educando y la edad típica para cursar el grado, debido a que resulta útil para conocer si de algún modo la repetición de uno o más ciclos escolares favorece que los alumnos alcancen un nivel de logro similar al de sus compañeros que han tenido una trayectoria académica regular (INEE, 2017h).
En el caso de sexto de primaria, se entiende por edad típica tener 12 años o cumplirlos en el transcurso del ciclo escolar; en tercero de secundaria se considera tener 15 años o cumplirlos durante el periodo escolar (INEE, 2017h). Los jóvenes que típicamente se matriculan en la EMS siguiendo una trayectoria ideal tienen entre 15 y 17 años (INEE, 2011).
En cuanto a los resultados, en preescolar los puntajes promedio que obtienen los niños y niñas con extraedad son mayores en contraste con quienes asisten a este nivel en edad típica, esto ocurre en las aplicaciones del 2007 y 2011, tanto en Lenguaje y Comunicación como en Matemáticas. En 2007 la diferencia es mínima para ambas asignaturas (entre 2 y 3 puntos), en 2011 se incrementa (entre 24 y 36 puntos). Estas diferencias podrían estar asociadas con un mayor desarrollo cognitivo y con el cúmulo de experiencias que tiene un niño ligeramente mayor.
En los demás grados evaluados se observa que la condición de extraedad se asocia con puntajes promedio más bajos en contraste con los estudiantes que están en edad típica. Estas diferencias fluctúan en tercero de primaria (aplicaciones 2010 y 2014) entre 22 y 52 puntos; en sexto de primaria (aplicaciones 2009, 2013 y 2015) entre 25 y 68 puntos; en tercero de secundaria (aplicaciones 2008, 2012 y 2015) entre 19 y 62 puntos y en EMS (aplicación 2017) entre 43 y 45 puntos. En todos los casos, la diferencia entre puntajes de los alumnos con extraedad y en edad típica es mayor en Lenguaje y Comunicación que en Matemáticas.
Algunos factores que pueden estar asociados al logro educativo más bajo de los estudiantes con extraedad a partir de la educación primaria pueden ser: ingreso tardío, condición laboral, reprobación e interrupción de los estudios. Debido a que los alumnos en condición de extraedad tienen resultados menos favorables que los de edad típica y presentan algún tipo de rezago en sus aprendizajes (INEE, 2017h), requieren de mayor apoyo y alternativas distintas a la repetición de cursos (que no tiene efectos positivos sobre el aprendizaje y, en cambio, puede disminuir las expectativas familiares sobre la trayectoria educativa de los estudiantes y afectar su autoestima de manera importante).