Gasto federal por alumno ejercido en escuelas e instituciones con financiamiento federal: EB, EMS y educación superior
Con el fin de analizar el gasto destinado a cada tipo educativo se estima el gasto por alumno de 2008 a 2016. Para ello se utilizó la matrícula de escuelas e instituciones en donde existe financiamiento federal. En el caso de EB se cuantificó la matrícula de escuelas de sostenimiento federal, federal transferido y autónomo, es decir, servicios educativos que operan en mayor medida con recursos federales; para EMS se consideró la matrícula de planteles de sostenimiento federal y autónomo, así como 50% de la matrícula de los organismos descentralizados de los estados que reciben recursos federales por medio de subsidios —Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECYTE), Colegio de Bachilleres (COBACH), Educación Media Superior a Distancia (EMSAD) Telebachillerato (TELEBACH) y TELEBACH Comunitario— (SEP, 2016f). En lo que respecta a la educación superior, se tomó en cuenta la matrícula de planteles de sostenimiento federal, federal transferido y autónomo. El gasto federal por alumno en educación superior que resulta de emplear esta matrícula es una aproximación, ya que podría estar sesgado por incluir el total de matrícula en instituciones de educación superior financiadas con recursos tanto federales como estatales.
El gasto federal por alumno muestra la capacidad que tendría cada uno para adquirir bienes y servicios educativos si el gasto se repartiera por igual entre ellos. El indicador aumenta si la tasa de crecimiento del gasto real supera a la tasa de incremento de la matrícula correspondiente; permanece constante si el gasto real y dicha población crecen en la misma proporción, y decrece si la matrícula crece más que el gasto.
De 2008 a 2012 el promedio del gasto por alumno ejercido en escuelas con financiamiento federal en la EB se ubicó en 20048 pesos; para la EMS y superior, también con financiamiento federal, los gastos unitarios promedio fueron de 31200 pesos y 55979 pesos, respectivamente (gráfica 8.2). De 2013 a 2016 el promedio del gasto real por alumno en dichos centros escolares fue mayor para la EB (21 627 pesos) y la EMS (34 189 pesos), en comparación con el periodo previo, pero menor para la educación superior (55 162 pesos). De este modo, en el primer periodo el gasto federal por alumno en la educación superior con financiamiento federal representó 2.8 veceslo asignado en la EB; en el segundo periodo esta proporción disminuyó ligeramente y se ubicó en 2.6 veces (tabla 8.4-A). Esto último indica una ligera reducción en la desigualdad del gasto educativo entre la EB y la EMS.
Gráfica 8.2 Gasto federal por alumno ejercido en escuelas e instituciones con financiamiento federal según tipo educativo (2008-2016) (pesos de 2012)
Al comparar los valores de 2008 y 2016, se observa que el gasto real por alumno en centros escolares de educación obligatoria con financiamiento federal creció desde el inicio hasta el fin de todo el periodo de análisis, no así en educación superior, donde decreció ligeramente. Además, el gasto por alumno por tipo educativo sigue comportamientos diferentes en los dos periodos analizados. En el primer periodo, de 2008 a 2012, el crecimiento en EB fue marginal (en promedio la TCMA fue de 0.1%); en el segundo periodo, de 2013 a 2016, dicho gasto aumentó en promedio 3.4% por año. En el caso de la EMS, el gasto unitario correspondiente creció anualmente en promedio 3.3% en el primer periodo, y 2.3% en el segundo. En educación superior, en el primer periodo, la tcma del gasto unitario correspondiente creció en promedio 0.9% anual, mientras que, en el segundo periodo, 0.3% por año. De 2012 a 2013 el gasto por alumno en los tres tipos educativos decreció, sobre todo en EMS y educación superior.
En EB la estimación de la matrícula de los centros escolares financiados con fondos federales creció apenas 0.2% en promedio por año en el primer periodo y decreció 0.3% en el segundo. En el caso de la EMS, la matrícula pertinente aumentó en promedio 2.3 y 3.7% por año en ambos periodos, respectivamente. En el caso de la educación superior, el crecimiento medio anual de la matrícula considerada fue de 4% en el primer periodo, y de 2.5% en el segundo (tabla 8.4-A).
Para garantizar de forma continua y creciente el derecho humano a una educación de calidad, es deseable que el gasto educativo federal, estatal y municipal para la EB y la EMS mantenga un crecimiento continuo, en términos reales, pues los compromisos de universalizar la EMS y garantizar la calidad de toda la educación obligatoria aún no se alcanzan. Por citar otros retos pendientes: aún no es universal la cobertura en educación preescolar y secundaria. A pesar de los avances, tampoco se han resuelto las carencias en infraestructura de los centros escolares de educación obligatoria y, lo que es más importante, no se está garantizando el derecho a aprender de un gran número de niños y jóvenes (cf. capítulos 1 y 2 de este informe; INEE, 2017d). Es importante acotar que no se trata exclusivamente de que el Estado mexicano aporte más recursos para garantizar el derecho humano a una educación obligatoria de calidad, sino también de que mejore la planeación y la eficiencia en el ejercicio de éstos.