El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) debe informar a la sociedad sobre la evolución de la calidad educativa. Tiene que realizar una buena evaluación para saber si la educación avanza o retrocede; para ello requiere de evaluaciones estrictamente comparables.
Para que el Sistema Educativo Nacional pueda contar con evaluaciones que informen de manera válida, confiable y consistente sobre el nivel de aprendizaje alcanzado por los alumnos y que además sean comparables en el tiempo, se necesitan referentes firmes, con exigencias técnicas precisas en su construcción y análisis.
Las técnicas para contar con resultados estrictamente comparables se designan con la palabra equiparación. Sin embargo, para hacer buenas equiparaciones no basta utilizar diseños de investigación y métodos estadísticos adecuados, deben cuidarse muchos otros aspectos.
Contar con comparaciones consistentes en el tiempo es muy reciente en el ámbito internacional. Muy pocos países tienen este tipo de análisis y la experiencia de los que han avanzado más en este terreno muestra también que el desarrollo de mediciones comparables implica esfuerzos importantes y periodos considerables.
En Inglaterra se aplican pruebas estandarizadas desde 1940, pero en la actualidad todavía se discute en qué medida las tendencias que registran las estadísticas sobre el rendimiento de los alumnos, son genuinas.
Chile cuenta con el sistema de evaluación educativa más reconocido de América Latina y apenas en 1998 comenzó a emplear las técnicas modernas de equiparación.
Estados Unidos es el país que tiene la serie de resultados comparables más importante, (National Assessment of Education Progress –NAEP–), el cual ha debido perfeccionar sus métodos al detectar errores todavía en 1986. Para que dos pruebas estén bien equiparadas, se debe cumplir los siguientes requisitos básicos:
- Deben medir la misma característica, aptitud, destreza, rasgo latente u otra. (Mismo constructo)
- La elección de la subpoblación que se utilice para calcular la función de equiparación de los puntajes de las pruebas no debe afectar los resultados de la transformación. (Invarianza de la población)
- El proceso debe ser reversible: la distribución condicional de frecuencias después de la transformación es igual si se hace sobre una u otra de las formas que se equiparan. (Simetría)
- Las puntuaciones de las pruebas, después de la equiparación, deben ser totalmente intercambiables, es decir, que sea cual fuera el nivel de habilidad de los sujetos, debe ser igual aplicar una u otra prueba. (Equidad)
En el caso de México, las series con las que ahora contamos no tienen suficiente consistencia para hacer comparaciones, ya que no cumplen con todos los requisitos necesarios. El INEE está haciendo lo necesario para tener información que permita hacer comparaciones adecuadas. Sólo necesita que se le dé el tiempo indispensable para realizar esta tarea compleja y delicada.
Algunas de las acciones en ese sentido son:
- Desde noviembre de 2003 presentó resultados nacionales de 2000 comparados con los de 1995, con base en las pruebas internacionales TIMSS.
- En diciembre de 2004 presentará los resultados de las pruebas PISA 2003, que podrán compararse con los de 2000.
- En 2005, además de la aplicación de las nuevas pruebas, aplicará nuevamente y por única vez las pruebas del año 2000, con lo que podrá hacerse una comparación 2000-2005.
- A partir de 2005 iniciará una nueva serie de resultados comparables, con los cuales la sociedad mexicana tendrá información confiable sobre la evolución del sistema educativo nacional.
Comunicado de prensa No. 27