Una educación de calidad debe garantizar a toda la población el acceso y la permanencia en el sistema educativo hasta concluir la educación obligatoria de modo que durante su asistencia a la escuela los alumnos alcancen el máximo nivel de logro académico, aseguró la consejera presidenta de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Teresa Bracho González.
Lo anterior, al participar en la Mesa Redonda: ¿Qué es la calidad en la educación? organizada por el Programa Interdisciplinario sobre Política y Prácticas Educativas (PIPE) del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) que contó con la participación del director del Centro de Estudios Educativos y Sociales, Miguel Székely Pardo.
Para que la educación de calidad sea posible, señaló Bracho González, el Estado debe destinar a la educación suficientes recursos, para que todos los alumnos cuenten con la infraestructura escolar, los materiales y métodos educativos, así como el personal docente, directivo y la organización escolar idónea. Será de calidad, con base en el mejoramiento constante y el máximo logro académico de los educandos, indicó.
Bracho González mencionó que la educación es un derecho que implica la capacidad del sistema educativo para que los niños y jóvenes en edad escolar de todos los estratos socio-económicos y de todas las regiones de México acudan a la escuela, permanezcan en ella hasta el final del trayecto obligatorio y alcancen los niveles de formación deseables.
Destacó que, de la Reforma Constitucional de 2011 al Artículo Primero en materia de derechos humanos, que reconoce la obligación del Estado de garantizar el Derecho a la educación y de la Reforma Constitucional de 2013 al Artículo Tercero que considera los elementos para construir una definición sobre la Calidad de la educación en México, se obtuvo la premisa de que el derecho a la educación no puede considerarse garantizado si la educación impartida no es de calidad.
La presidenta de este organismo autónomo aseveró que este derecho es clave por su carácter habilitante pues es un derecho humano clave y fundamental, ya que es condición esencial y potenciador del desarrollo y disfrute de los demás derechos y de ser cancelado se estaría impidiendo el goce de múltiples derechos y sería imposible resarcir el daño originado al individuo.
Expuso que desarrolló un indicador que permite conocer la situación de carencia global de competencias o de aprendizajes clave, al integrar la proporción de evaluados que se encuentran debajo de la norma con la brecha que los separa del estándar normativo.
Precisó, que para estimar qué tan lejos estamos de alcanzar la meta de garantizar el derecho a una educación de calidad, debemos conseguir que todos los alumnos cuenten con, al menos, el nivel básico de competencias a partir de identificar a los alumnos que no cuentan con el nivel normativo de competencias básicas o logro en los aprendizajes y de calcular un indicador de intensidad, con el que se muestran las brechas existentes al interior del nivel de desempeño insuficiente.
Finalmente, Bracho González concluyó que la educación debe contribuir a que todos los integrantes de una sociedad desarrollen las capacidades necesarias para alcanzar los fines que cada uno de ellos considere valioso, para avanzar hacia una sociedad más justa.
Comunicado de prensa No. 110
