En la educación primaria el abandono escolar es de 0.6%, en secundaria de 4.4%, mientras que en la EMS representa 13.3%, es decir, entre 600 y 700 mil jóvenes al año, por lo que, en el marco de la educación obligatoria, la EMS refleja un importante cuello de botella.
Por ello, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) desarrolló las Directrices para mejorar la permanencia escolar en la educación media superior, a fin de insistir en la necesidad de fortalecer y ampliar las intervenciones que favorezcan la disponibilidad de recursos y la capacidad de organización acorde con las necesidades y la diversidad de los contextos socioeducativos.
Sin dejar de reconocer las acciones que se requieren en los ámbitos social y familiar, las directrices ponen mayor énfasis en los factores educativos y buscan fortalecer a los planteles escolares en su capacidad para atender los problemas del abandono escolar. Con esta orientación, proponen mejoras en la política y en los distintos niveles de decisión del sistema educativo para que los planteles escolares establezcan criterios, procedimientos y prácticas regulares orientadas a garantizar la permanencia de sus estudiantes.
En esta infografía se muestran los retos, los propósitos y los aspectos que se propone mejorar cada una de las cinco directrices, a fin de contar con bases para tomar decisiones de política que favorezcan la permanencia y reincorporación educativa de los jóvenes para garantizar su derecho a la educación.
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¿Qué se podría hacer para contrarrestar el abandono escolar en la EMS a fin de garantizar que los jóvenes tengan trayectorias educativas exitosas?
