En el marco del desarrollo sustentable, la educación de buena calidad debe contribuir a aumentar la productividad agrícola, a reducir la pobreza de los trabajadores, a ayudar a combatir el desempleo y a asegurar el crecimiento económico inclusivo, pero para logarlo también debe ser equitativa e incluyente, destacó la consejera presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Schmelkes del Valle.
En la mesa de análisis del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2016. La educación al servicio de los pueblos y el planeta: creación de futuros sostenibles para todos, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), organizada por este organismo autónomo, dijo que las metas establecidas en materia de educación a 2030 son ambiciosas y superan cualquier agenda previa, por lo que se requiere acelerar notablemente el paso, pues al ritmo en que se avanza no se lograrán.
En el auditorio del INEE, también resaltó que una educación de calidad ayuda a mejorar la salud de los pobladores y a poner la enseñanza de las mujeres en el corazón del desarrollo social, por lo que es necesario realizar un trabajo intersectorial, pues la educación sola no basta para lograr equidad en la sociedad.
En compañía de la directora y representante de la oficina de la UNESCO en México, Nuria Sanz; y del subsecretario de Planeación, Evaluación y Coordinación, de la Secretaría de Educación Pública, Otto Granados Roldán, Schmelkes del Valle subrayó que aunado a lo anterior, la educación de calidad puede ayudar a reducir la violencia y el crimen hacia los niños y jóvenes, así como a favorecer el acceso a la justicia y a la protección social.
Luego de resaltar que el Informe hace una extensa revisión del conocimiento que se dispone sobre el rol que juega la educación en cada uno de los objetivos del desarrollo sustentable, consideró necesario que los sistemas educativos respeten las culturas locales y los sistemas plurales de conocimiento, pues en muchos casos han conducido a negar y destruir el conocimiento indígena que, se reconoce ahora, hace aportes invaluables al desarrollo sostenible.
Al presentar los hallazgos principales del Informe, Nuria Sanz informó que en el mundo 781 millones de adultos carecen de educación básica y que actualmente se da un fenómeno de reducción de presupuesto para la educación. Aunado a ello, dijo, la educación media superior será cubierta totalmente en el año 2030.
Dio a conocer que la educación es la herramienta más eficaz para reducir la tasa de natalidad y que ayuda a reducir la desigualdad en las ciudades, si se capacita con habilidades para el trabajo, lo que influye en la reducción de la delincuencia, principalmente en las urbes.
Destacó que el ideal sería que los países destinaran el 6 % del PIB a la educación y que ésta necesita profundizar en temas como el género y la formación docente. Puso énfasis en la importancia de enseñar en la lengua materna de los estudiantes, y señaló que el 40 % de éstos en el mundo están aprendiendo en una lengua que no es la materna.
Al comentar el Informe, Otto Granados Roldán señaló que México está comprometido en la tarea de alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sustentable. Indicó que el reto para el sistema es la construcción de una economía que permita a los egresados de educación superior incorporarse a campos laborales más competitivos.
Finalmente, dijo que es necesario modificar la estructura del gasto educativo y la forma en cómo se ejerce, pues como lo afirma la UNESCO: “No depende cuánto se gaste en educación sino de cómo y en qué se invierte”.
Comunicado de prensa No. 61
