Para elevar la calidad de la educación básica en México, el Sistema Educativo Nacional debe establecer formas de enseñanza más apropiadas a las condiciones económicas y culturales de los alumnos de los sectores desfavorecidos; incrementar los recursos y utilizarlos adecuadamente. También es necesario mejorar los pesados planes de estudio de la secundaria, informó hoy el Director General del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Felipe Martínez Rizo.
El INEE dio a conocer a la sociedad, a través de los medios de comunicación, los resultados de sus evaluaciones contenidos en el documento La calidad de la educación básica en México 2004. Señala que es necesario que estas nuevas formas de enseñanza – apropiadas a las condiciones económicas y culturales de los alumnos- se apliquen en las primarias de escuelas indígenas y cursos comunitarios, y en secundaria en la modalidad de telesecundaria, principalmente.
En conferencia de prensa, el Director General del INEE dijo que aunque México hace un gran esfuerzo económico para apoyar a la educación, no es realista pensar que los recursos que se le destinan aumenten de forma importante en el corto plazo; razón por la cual, sin dejar de buscar formas para incrementarlos, será fundamental emplearlos de manera más eficiente.
Será importante que aumente el gasto de inversión y el gasto corriente que no se destina a servicios personales, y apoyar el gasto que apoye la mejora de la gestión de las escuelas, la investigación, evaluación e innovación, resaltó.
Luego de considerar al magisterio como recurso fundamental del sistema educativo, Martínez Rizo destacó que a los maestros también hay que proporcionarles las condiciones de trabajo y los apoyos necesarios para que su labor responda a las necesidades de los alumnos.
En otra parte de su exposición, estableció que los pesados planes de estudio de la secundaria deben actualizarse para dar paso a una estructura curricular más adecuada a las necesidades de los estudiantes y a la pluralidad cultural del país.
Para aumentar la eficiencia de los resultados del aprendizaje, también consideró necesario realizar una transformación profunda de la forma en que se manejan las escuelas, un cambio que permita a los maestros y padres de familia – con el director del plantel a la cabeza- mayor participación en la toma de decisiones.
Ante los representantes de los medios de comunicación, el Director General del INEE dijo que el reto más claro de la educación básica en México sigue siendo asegurar efectivamente la cobertura universal en la secundaria.
En este nivel educativo, informó, la situación es preocupante: la reprobación y la deserción son altas, lo que impide que la eficiencia terminal mejore sustancialmente. “Que alrededor de 30 de cada 100 jóvenes de cada cohorte no termine la secundaria, ni siquiera tres o cuatro años después de lo estipulado, es uno de los indicadores que debería reclamar prioritariamente la atención de autoridades, maestros y familias”, ejemplificó Martínez Rizo.
También estableció que a pesar de que en la primaria la cobertura es casi total, la situación de extraedad sigue siendo un problema serio y repercute directamente en la menor cobertura y eficiencia terminal de la secundaria.
Resaltó que menos de dos por ciento de las personas de 12 a 15 años declara no haber asistido nunca a la primaria, y 4.6 por ciento adicional la abandonó. Asimismo, abundó, unos 40 mil niños de cada cohorte se queda sin escuela cada año, pertenecientes por lo general a familias campesinas indígenas que viven en comunidades muy pequeñas y migrantes. Y aproximadamente cien mil niños más de cada cohorte no logra terminar la primaria.
De acuerdo con los más recientes estudios del INEE, a nivel nacional la reprobación en primaria pasó de 10.1 por ciento en el ciclo escolar 1990-1991 a 5 por ciento en 2003- 2004, tiempo en el cual la deserción pasó de 4.6 por ciento a 1.3 por ciento y la eficiencia terminal avanzó de 70.1 por ciento a 89 por ciento, comentó el titular del organismo.
Además, señaló, en ese mismo lapso, en secundaria la reprobación se redujo de 26.5 por ciento a 18.6 por ciento, la deserción de 8.8 por ciento a 6.8 por ciento y la eficiencia terminal de 73.9 por ciento a 79.7 por ciento.
En cuanto a preescolar indicó que en 2003-2004 la cobertura total alcanzó 58.6 por ciento y en el tercer grado 85.8 por ciento, cuando una década antes era de 76.1 por ciento. En cuanto a la población adulta, Martínez Rizo dijo que en 1980 el promedio de escolaridad de las personas de 15 años de edad o más era de 4.6 grados y que para 2004 se estima llegue a los 8.0 grados.
Al referirse al gasto total que realiza México en educación, resaltó que en el presente año es de casi siete por ciento del Producto Interno Bruto, cuando en 1980 era de 4.65 por ciento.
El gasto por alumno en todos los niveles del sistema educativo nacional aumentó de 13.87 por ciento a 21.8 por ciento del PIB per cápita entre 1990 y 2004. En primaria pasó de 5.78 por ciento a 13.18 por ciento y en preescolar subió de 6.93 por ciento a 14.48 por ciento en el mismo tiempo. Sin embargo, secundaria registró el menor incremento en los tres niveles pues pasó de 11.55 por ciento del PIB per cápita en 1990 a 20.17 por ciento en 2004, puntualizó.
Felipe Martínez Rizo señaló que a pesar de los esfuerzos que en materia educativa se han efectuado en México, los resultados que han obtenido los estudiantes mexicanos en evaluaciones nacionales e internacionales son muy inferiores a los alcanzados por alumnos de los países más desarrollados, principalmente los de la OCDE.
“Hay que decirlo francamente: la mayoría de nuestros jóvenes no deja la escuela con los conocimientos y las habilidades que necesitarán para una vida adulta plena en el mundo del siglo XXI”. Al permanecer en el sistema más alumnos de rendimiento inferior al promedio, permite prever que esos niveles de aprendizaje bajen todavía más, concluyó el titular del INEE.
Comunicado de prensa No. 34