A nivel nacional, 16 y 25 por ciento de los alumnos de primaria y secundaria respectivamente, reportan haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en su vida, según revela el estudio Disciplina, violencia y consumo de sustancias nocivas a la salud en escuelas primarias y secundarias de México, elaborado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). De manera indirecta, estos porcentajes muestran un claro aumento en el consumo de alcohol conforme los alumnos crecen.
Destaca que los estudiantes de escuelas privadas en ambos niveles educativos son los que más reportan haber ingerido alcohol. Aunque el estudio no permite dar cuenta de la frecuencia con la cual ocurre el consumo o la magnitud del mismo, en los casos en que los estudiantes aceptaron haber consumido alcohol, se identifica la relación entre esta práctica y la propensión a cometer actos violentos.
El estudio se basó en una encuesta realizada en 2005 a más de 47 mil 800 alumnos de sexto grado de primaria y 52 mil 250 de tercero de secundaria, así como a más de 22 mil 300 profesores de primaria y 6 mil de secundaria, de un total de 2 mil 770 primarias y 2 mil 397 secundarias.
De acuerdo con lo que los propios estudiantes informaron, la participación en actos agresivos o violentos de distinto nivel de gravedad –peleas, robo, intimidación a compañeros, daño a las instalaciones de la escuela– es mayor entre los alumnos de primaria que entre los de secundaria.
Sus profesores, a diferencia, sostienen opiniones distintas, siendo los de este último nivel educativo los que perciben mayores niveles de violencia tanto dentro como en el entorno que rodeas a las escuelas.
De acuerdo con los estratos considerados en el estudio, en primaria, los alumnos de escuelas indígenas refieren un mayor nivel de violencia; en secundaria el índice más alto es reportado por los alumnos de planteles particulares. }
El incidente reportado por un mayor número de alumnos de primaria y secundaria encuestados es el robo de objetos o dinero dentro de la escuela; cerca de la mitad de los estudiantes así lo refiere.
En primaria, además, casi una cuarta parte dice ser objeto de burla constante por parte de sus compañeros y 17 por ciento había sido objeto de amenazas de éstos; en secundaria estas problemáticas también están presentes pero en menor grado.
Tanto en primaria como en secundaria, los hombres ejercen más violencia que las mujeres; a mayor edad de los alumnos la violencia tiende a aumentar; y también se incrementa cuando los alumnos viven en hogares monoparentales o donde no están los padres, cuando perciben relaciones conflictivas al interior de su familia y cuando es menor la vigilancia paterna.
Otro de los hallazgos del estudio muestra que las bajas calificaciones, la reprobación, la extraedad, así como el cambio de escuela se relacionan con el grado en que los alumnos cometen actos agresivos. Aunque esto no es una regla general, se entiende que se trata de condiciones adversas que favorecen los comportamientos violentos dentro del centro escolar.
Factores similares se identifican al estudiar el perfil de los alumnos que son víctima de la violencia. En ambos niveles educativos, los hombres son más agredidos que las mujeres e igualmente quienes obtienen calificaciones más bajas o provienen de familias escasamente vigilantes de sus niños y jóvenes.
Además, los alumnos que manifiestan tener alguna condición de desventaja personal –física o de aprendizaje- son los más agredidos por sus compañeros. Esto revela, según el estudio, un círculo de violencia en que víctimas y victimarios –e incluso testigos- intercambian roles según circunstancias específicas.
También, el estudio señala que la violencia es menor cuando los estudiantes perciben que en sus escuelas existe una disciplina razonablemente estricta y exigente en lo académico. Parece posible suponer que si las escuelas cuentan con sistemas de disciplina consistentes y enfrentan de manera directa los asuntos que alteran el orden, esto contribuirá a una disminución de la violencia y favorecerá una convivencia más armónica entre los miembros de la comunidad escolar.
El estudio del INEE sobre violencia escolar aporta información relevante para el sistema educativo mexicano y sus escuelas, además de que permite identificar temas y espacios de investigación que es necesario atender para mejorar el ambiente escolar de nuestros niños y jóvenes.
Comunicado de prensa No. 15