Construcción colectiva: una mística para la evaluación regional

Adriana Viteri, Pablo Orrego y Martín Icaza, de la coordinación técnica del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), conforman el equipo técnico que interactúa con los ministerios de Educación de América Latina. Desde su experiencia, ofrecen formas para pensar la evaluación de lo regional a lo local.

Entrevistas: Laura Athié.

Gaceta No. 8

Acompañar y coordinar para el Cuarto Estudio Comparativo y Explicativo (ERCE) Martín Icaza, Pablo Orrego y Adriana Viteri son asistentes técnicos en el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE). Su función es la siguiente:

—Acompañamos y apoyamos a un grupo específico de países en todo lo que se refiere a las actividades que hace el Laboratorio rumbo al Cuarto Estudio Comparativo y Explicativo (ERCE) —explica Icaza.

—Nuestra labor significa que hay una relación estrecha entre el LLECE y los países vinculados a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para conocer las particularidades en sus distintos contextos —abunda Orrego.

En cuanto a la estructura operativa y la cobertura geográfica del Laboratorio:

—Actualmente, el LLECE está conformado por 19 sistemas educativos. Para atenderlos, se decidió que la coordinación técnica del Laboratorio hiciera una distribución de países, para que cada uno de nosotros, más tres personas técnicas especializadas en temas de evaluación, les diéramos seguimiento y acompañamiento —explica Viteri—.

Esa lógica de funcionamiento obedece a dos razones: que tenemos gran cantidad de países y que debemos brindar atención específica y acompañamiento guiado a todos los países que integran el Laboratorio.

La misma Viteri puntualiza los objetivos y las características de los datos generados por el ERCE:

—Con nuestros estudios generamos información que en algún momento los tomadores de decisión —ministros, subsecretarios, directores, coordinadores, etcétera— que interactúan con docentes y directivos puedan consultar para implementar medidas de política educativa. Ésa es la función del LLECE. En comparación con otras pruebas, las del Laboratorio no son para hacer resúmenes de ranking o publicaciones de resultados. Sirven para generar información que retroalimente las políticas educativas de la región y también para informar pedagógicamente sobre el trabajo del aula de los docentes y directivos.

Tras delimitar este marco institucional, los entrevistados hablan del enfoque, las experiencias y las iniciativas del LLECE.

Estudio comparativo y explicativo; trabajo místico y uso de resultados.

Pablo Orrego explica que los estudios del LLECE tienen el foro de mejoramiento educativo. Eso quiere decir que la evaluación en sí misma no tiene ningún valor si no se usa en favor de la mejora de las organizaciones escolares en sus distintos niveles:

—Ahora, con lo que demanda la agenda educativa 2030, las evaluaciones del LLECE amplían su marco de acción en atención a las exigencias de las reformas curriculares de los países que lo integran. Por lo tanto, hay que actualizarnos y evaluar lo que los jóvenes quieren aprender, entre otros aspectos. En este sentido, entre un estudio y otro hay comparabilidad. Esto significa que los países que participaron en el Tercer Estudio van a poder cotejar sus resultados con los obtenidos en el Cuarto Estudio. También hay una comparación entre las naciones, aunque ése no es el foco del Laboratorio.

Orrego asegura que los estudios del Laboratorio son explicativos porque:

—Además de las pruebas de logro de aprendizaje, miden los factores asociados a éste, que es también un aspecto único a nivel internacional. Esto quiere decir que junto con los logros hay una serie de cuestionarios que se aplican a directores y docentes para intentar explicar por qué y en qué contexto se obtienen estos resultados.

En cuanto a la mística del estudio, Adriana Viteri puntualiza:

—La UNESCO tiene el enfoque de derechos de la educación, que se vincula con la calidad. Es decir, sabemos que no se materializa el derecho a la educación sin calidad. Ése es el fundamento de los estudios del Laboratorio.

Más allá de considerar a la evaluación como un generador de resultados, hacemos una construcción colectiva. Desde la conceptualización, el enfoque curricular nos diferencia de otros estudios internacionales. Es decir, analizamos el currículo de cada país y nuestro instrumento tiene un poco de cada uno. Así definimos un instrumento regional a partir de las necesidades nacionales. Esto es importante porque la coordinación técnica del Laboratorio está al servicio de los países. Ese perfil ha permeado el trabajo de los equipos nacionales y ha establecido esta nueva visión de colaboración. La mística significa que los países tienen que trabajar en conjunto para que la región subsista.

Pero no basta con el estudio, hay que hacer uso de los resultados. Como dice Martín Icaza, esto es una cualidad del Laboratorio:

—Los estudios del LLECE destacan porque los resultados son para y de los países. Otro hecho fundamental es que es regional. Dado que los estudios se hacen de acuerdo con análisis curriculares, las naciones se identifican con los resultados. Una cualidad más es que se busca que en 2020, cuando se entreguen los resultados del Cuarto Estudio, se dé una extensa difusión para lograr que la mejora educativa sea una realidad. Será un trabajo arduo porque muchas veces sucede que se entrega el resultado, pero los países no saben qué hacer con eso. Se pretende que se apropien de sus resultados para que surja un sentimiento regional.

Fortalecimiento institucional

Adriana Viteri explica que, como UNESCO, el Laboratorio ha firmado un acuerdo de trabajo con todos los países sobre elementos fundamentales. El primero es llevar a cabo el Cuarto Estudio que corresponde al tema del fortalecimiento de capacidades:

—Por ejemplo, la tarea que realizamos en México, con el apoyo del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), tiene ese componente: ubicar cómo fortalecer a los equipos nacionales, porque no queremos que tengan un conocimiento específico para hacer una tarea puntual, sino que a futuro repliquen estos conocimientos y se instalen capacidades dentro de la región. La formación de un equipo de evaluación nacional es complejo. Un caso de éxito es Ecuador, que tiene al Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEVAL) desde 2012 y su trabajo es amplio. De ese caso se puede concluir que una pieza clave para un sistema nacional de evaluación y un ministerio educativo es la decisión política, que abarca otros niveles que garanticen la implementación de un adecuado plan de gestión. Por otro lado, hay que contar con la capacidad técnica necesaria. Tener el apoyo de expertos internacionales o llevar al equipo a capacitarse a otro país son temas que derivan de la decisión política de la que hablamos, así como de los arreglos en los diferentes modelos de gestión.

Sobre este tema, la formación local o foránea, Viteri ejemplifica:

—Ecuador se apoyó en la experiencia de México. El equipo mexicano fue a construir el sistema nacional de evaluación y el instituto nacional con un conjunto de especialistas.

Ése es un tipo de modelo, pero tampoco se puede decir que es la forma para replicar en otros países.

Puede existir un modelo en el que los equipos nacionales se capacitan de otro modo, como en los casos de El Salvador, Panamá y otros que están tratando de conformar su propio instituto de evaluación. De ahí la importancia del acompañamiento por parte de las entidades internacionales, no solamente de la unesco. Se trata de un esfuerzo en conjunto de las regiones que suscribieron los objetivos del desarrollo sostenible hacia 2030 y, en particular, el objetivo cuatro, que se refiere al tema de la educación, en el que se comprometieron a garantizar una educación de calidad y un aprendizaje para todos a lo largo de la vida.

En esta geografía mundial, acota Pablo Orrego, los estudios del Laboratorio son comparables a SAQMEQ (Southern and Eastern Africa Consortium for Monitoring Educational Quality), una evaluación que se desarrolla en el hemisferio sur de África y demanda una coordinación interna entre los países:

—Menciono esto porque para la realidad de nuestra región es relevante constituir un proyecto de estas características. Latinoamérica y el Caribe presentan los países de mayor criminalidad en el mundo, con los mayores niveles de narcotráfico y de pobreza, y muchas otras variables que confluyen en contra del derecho a la educación. Entonces, es imperativo para los países tomar cartas en este asunto.

En el tema específico del derecho a la educación, Orrego explica:

—La inequidad es una característica lamentable en nuestra región. Como Laboratorio, vemos que hay países con una avanzada instalación de mecanismos de evaluación educativa y otros que apenas están comenzando.

Esa heterogeneidad es una oportunidad para el diseño del estudio, porque las naciones tienen la posibilidad de implementar módulos nacionales para conocer sus propias variables de interés. Ya muchas los desarrollaron para conocer, por ejemplo, los logros de aprendizaje de población indígena o migrante. Esa suerte de complementos del Cuarto Estudio es una oportunidad para que las naciones puedan tomar decisiones focalizadas en sus problemas.

Atención a los jóvenes

Como parte de la agenda educativa rumbo a 2030, la UNESCO, con el apoyo de la Fundación Chile y un conjunto de socios técnicos en toda la región, lanzó la iniciativa Diles qué quieres aprender, explica el equipo LLECE. Ésta consistió en invitar a jóvenes entre 15 y 25 años para que contaran en español, inglés o portugués qué y cómo quieren aprender con miras a la educación de 2030.

Este estudio tiene dos particularidades. Una es que se invitó a jóvenes, lo que incluye a quienes están en el sistema escolar y a los excluidos del mismo. La otra es que en la primera etapa se dejó como pregunta abierta qué y cómo querían aprender. En esta primera fase conseguimos 3 500 respuestas de jóvenes de 25 países de la región.

Posteriormente, esas preguntas se codificaron y se hizo una segunda etapa para que los participantes señalaran cuáles consideraban las tres o cuatro opciones más relevantes. Con eso obtuvimos 65 000 respuestas. Entonces, podemos decir que tuvimos un universo de aproximadamente 72 000 respuestas.

Los resultados fueron interesantes. Nuestra hipótesis inicial era que la postura de los jóvenes sería de rechazo o de crítica al modelo escolar establecido con diferencias en los docentes y con el sistema escolar. Pero nos dimos cuenta de que los muchachos no sólo no se resisten a este sistema, sino que lo aceptan, aunque piden una mejora y un complemento.

Éstos son ejemplos de las respuestas:

—Yo no quiero docentes que me digan todo el día qué hacer en una sala de clase. —Yo quiero estar en una sala de clase con un docente bien capacitado, uno al que le guste lo que hace, que sepa lo que hace, y con contenidos que van a ser útiles no sólo para el día de hoy, sino para los 10 próximos años. —Yo no quiero aprender solamente las materias tradicionales.

Uno de los aspectos importantes fue precisamente lo relativo a las materias tradicionales: Lenguaje, Matemáticas, Ciencias. Lo que respondieron fue:

—Quiero aprender Ciencias, pero también valores sobre ciudadanía, respeto, etcétera.

Observamos que los jóvenes están pensando en los temas de migración, etnias indígenas y globalización, entre otros, y que las escuelas se están quedando atrás en este tipo de enseñanza. Específicamente en el tema de valores, en el cómo nos relacionamos con el otro.

Entonces, el requerimiento de los estudiantes es que debemos enseñarles a aprender. No desean que les enseñes la materia que ya saben; quieren aprender habilidades con las que puedan desenvolverse durante los próximos 10 o 15 años. Sobre todo porque ven que el mundo está cambiando rápidamente.

La mayor parte del aprendizaje lo están obteniendo fuera del aula, por medio de Internet, con sus pares en la calle; los que tienen más posibilidades, con sus padres y familias. Por eso piden mantener la dinámica de la escuela pero actualizada con lo externo.

La iniciativa Diles qué quieres aprender tiene como trasfondo el compromiso de la unesco con el aprendizaje a lo largo de la vida. Dado que este compromiso debe ser compartido, al acercarnos a los ministros de educación, es importante señalar que el trabajo del Laboratorio forma parte de la unesco por una razón: la unesco tiene el mandato de los países.

El mandato fue el primer compromiso que adquirimos con la declaración y el marco de acción hacia la agenda educativa 2030, que sucedió en 2015 y que ratificamos en enero de 2017, con una gran presencia de ministros de educación de la región en Buenos Aires. En ese sentido, confirmamos que el Laboratorio es el mecanismo de seguimiento y monitoreo con el que cuenta la región.

Los ministros nos dicen:

— La UNESCO nos debe ayudar a coordinar para llegar a los objetivos.

Y nosotros, como oficina regional y como Laboratorio, les decimos:

—Este mecanismo nos permite dar seguimiento y monitorear los indicadores y las metas educativas a 2030, pero el mecanismo no es nuestro, es de ustedes.

En esa línea, ellos mandatan qué tipo de información necesitan y nosotros respondemos. Este mecanismo de seguimiento es el principal para la región y ahora es más sólido porque estamos con 19 sistemas educativos. Es casi toda América Latina. Además, el Laboratorio es entusiasta y tiene la idea de ir expandiéndose, porque se trata de una oficina regional para América Latina y el Caribe. En algún momento tenemos que atender la diversidad del Caribe, paso a paso y de forma paulatina.

De esta manera buscamos cumplir el objetivo de desarrollo número cuatro, que es de educación y la declaración de Buenos Aires, ya que, sin ese marco, nosotros no subsistimos. Finalmente, todo lo que hace el LLECE se suscribe a este compromiso internacional que tenemos con los países.

Conoce la iniciativa Diles qué quieres aprender: www.dilesquequieresaprender.org

En el portal del INEE:

Entérate de los resultados nacionales de México en TERCE: http://publicaciones.www.inee.edu.mx/buscadorPub/P1/D/314/P1D314.pdf

Consulta las bases de datos del SERCE: http://www.inee.edu.mx/index.php/bases-de-datos/base-de-datos-serce.

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