En cumplimiento de su mandato constitucional y en pleno ejercicio de su autonomía, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) ha emitido, de 2015 a la fecha, tres conjuntos de directrices de mejora educativa: las Directrices para mejorar la formación inicial de los docentes de educación básica, en 2015; las Directrices para mejorar la atención educativa de niñas, niños y adolescentes (NNA) de familias de jornaleros agrícolas migrantes, en 2016, y las Directrices para mejorar la atención educativa de niñas, niños y adolescentes indígenas, en 2017. Actualmente, se encuentran en construcción las Directrices para mejorar la política de formación y desarrollo profesional docente y las Directrices para mejorar la permanencia escolar en educación media superior.
Por su parte, las autoridades educativas (AE) —federal y estatales— dieron respuesta positiva a las tres directrices emitidas en el plazo de 60 días naturales estipulado en la Ley del INEE. Ello implicó que las AE se comprometieran a analizarlas y atenderlas en el marco de su planeación y operación educativa; algunas inclusive anexaron planes de trabajo con propuestas para hacerlo. Cabe señalar que las acciones planteadas en estos planes de trabajo promueven, en la mayoría de los casos, la continuidad de las estrategias que venían siendo implementadas por las autoridades educativas y, en menor medida, cambios sustantivos y estructurales de política que detonen procesos graduales de mejora.
Esta situación derivó en la necesidad de replantear las acciones de difusión y seguimiento que ha llevado a cabo el Instituto y promover con mayor ahínco el uso y la atención a las directrices. De acuerdo con Mark y Henry (2004), el uso instrumental de las evaluaciones1 depende de diversos factores, tales como su calidad la manera en que se dan a conocer sus resultados, así como la información, las capacidades y las habilidades con las que cuentan los responsables de las políticas y programas que implementarían las recomendaciones derivadas de las evaluaciones, entre otros.
Ante ello, el INEE ha previsto el desarrollo de una Estrategia de Seguimiento a las Directrices que integra mecanismos de comunicación, difusión, acompañamiento técnico y fortalecimiento de capacidades. El objetivo de esta estrategia es conocer el grado de atención a las directrices por parte de las AE, es decir, si éstas han sido incorporadas a su programación y planeación educativa y si, además, se han constituido en insumo relevante para la toma de decisiones tendiente a la mejora de la calidad de la educación y su equidad.
Para lograrlo, se ha planteado enfatizar las acciones de seguimiento en tres áreas sustantivas: a) Difusión y comunicación, b) Gestión del conocimiento y c) Gestión de emisión y respuestas a las directrices, las cuales se detallan a continuación.
a) Difusión y comunicación
Derivado de un ejercicio de análisis y autoevaluación, se concluyó que, si bien las Directrices son una atribución constitucional del INEE y eje sustantivo de la Política Nacional de Evaluación de la Educación (PNEE), es necesario difundirlas y hacerlas comprensibles a distintas audiencias, no sólo a las autoridades educativas. Por tanto, este componente de la estrategia de seguimiento busca responder a la siguiente pregunta: ¿cómo hacer del conocimiento de padres de familia, docentes, supervisores, académicos, organizaciones de la sociedad civil y todo aquel que estuviese interesado en promover la garantía del derecho a la educación en nuestro país, la existencia y el potencial de mejora de estas directrices?
Así, una de las acciones a impulsar en el componente de comunicación y difusión es la realización de un mapeo y análisis exhaustivo de estos actores clave, a partir de los cuales sea posible conjuntar iniciativas que favorezcan el establecimiento de alianzas y la suma de esfuerzos de coordinación interinstitucional.
Asimismo, parte sustantiva de la estrategia de seguimiento incluye la realización de mesas de diálogo y/o talleres de trabajo con autoridades escolares, en coordinación con las Direcciones del INEE en las entidades federativas, en las que se comuniquen las directrices, se fortalezcan capacidades de implementación y se promueva la apropiación de los fines que éstas persiguen. Este mecanismo resulta de suma importancia para su éxito y sustentabilidad, pues los docentes, directivos y supervisores son los actores más estables y con mayor permanencia en el Sistema Educativo Nacional y, por lo tanto, quienes podrían ejercer mayor nivel de influencia en la promoción de la mejora educativa en las escuelas y sus aulas. Finalmente, y no por ello menos importante, resulta crucial dar a conocer los mensajes clave de las directrices a los medios de comunicación y líderes de opinión, pues ellos tienen la capacidad de replicarlos y acceder a múltiples grupos de actores interesados.
b) Gestión del conocimiento
Este ámbito de acción tiene el objetivo de recopilar, analizar y diseminar información, a partir de diversas fuentes, con la finalidad de retroalimentar las acciones que las AE prevén poner en marcha, y fomentar así la apropiación de las directrices.
Las fuentes de información que se usarán son las siguientes:
1. Análisis de los planes de trabajo y/o planeaciones en las que se incorporaron las directrices que, además de proporcionar información sobre los ejes de actuación de las AE, representan una oportunidad clave para retroalimentar a los responsables de su implementación y sugerirles líneas de acción innovadoras y apegadas a los objetivos de las directrices.
2. Sesiones de acompañamiento técnico con las AE, las cuales tienen tres propósitos: resolver dudas, aclaraciones e inquietudes que las autoridades tuvieran sobre las directrices; orientar su atención en el marco de los aspectos clave de mejora, y disponer de información específica sobre el proceso de implementación y evidencias de sus avances.
3. Aplicación de cuestionarios de seguimiento, que proporcionarán información complementaria sobre el uso y valor de las directrices en la toma de decisiones de las administraciones locales y federales, así como de los factores que han favorecido u obstaculizado su atención.
4. Reuniones de seguimiento, para profundizar en el conocimiento de las directrices, así como para promover el intercambio de experiencias entre las autoridades educativas de las entidades federativas.
5. Grupos de trabajo e intercambio en la plataforma digital. El INEE ha habilitado grupos de discusión para que los responsables de la atención a las directrices puedan compartir información e intercambiar experiencias, así como recibir información adicional por parte del Instituto. Orrego asegura que los estudios del Laboratorio son explicativos porque:
Por tanto, la finalidad de estas acciones es que las autoridades, educativas y escolares, conozcan y comprendan mejor las directrices, dispongan de más y mejores herramientas, recursos y capacidades para implementarlas, y estén en posibilidades de generar cambios sustantivos que promuevan la mejora educativa. Asimismo, con la información obtenida por estas vías, será posible identificar prácticas innovadoras y/o relevantes, emprendidas por las autoridades educativas y escolares para dar resolución a los problemas educativos identificados en los documentos de directrices.
Dichas prácticas se darán a conocer a las demás autoridades educativas en los foros de seguimiento, sesiones de acompañamiento y en la plataforma en línea, con el fin de que puedan discutir sobre su pertinencia y la posibilidad de incorporarla a su propia planeación estatal. Desde la perspectiva del INEE, resulta fundamental promover el intercambio entre las entidades federativas, de modo tal que puedan generar espacios colaborativos de construcción de propuestas de solución a problemas comunes, o bien ideas y puntos de referencia sobre cómo optimizar su quehacer en el ciclo de las políticas públicas.
Adicionalmente, como parte de este componente se tiene previsto elaborar, socializar y dar seguimiento a un conjunto de indicadores, de tipo cuantitativo y cualitativo, que haga posible identificar el grado de atención a las directrices. Es decir, conocer si los aspectos clave de mejora propuestos por las directrices se han incorporado o no a la planeación educativa, y si son adecuados a los contextos locales. Este ejercicio de monitoreo permitirá fortalecer la rendición de cuentas sobre las aportaciones de las directrices, así como la elaboración de informes específicos dirigidos a cada autoridad educativa, que sirvan de retroalimentación y hoja de ruta para promover la toma de decisiones informada.
c) Gestión de emisión y respuestas a las directrices
Esta área de trabajo busca disponer de información sistematizada sobre el proceso de emisión y respuesta a las directrices, con el fin de dar cumplimiento a las obligaciones de transparencia y rendición de cuentas señaladas por la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública que, en su artículo 72, señala que el INEE deberá poner a disposición del público y actualizar las respuestas que las autoridades educativas remitan al Instituto respecto de las directrices emitidas, y su grado de cumplimiento o atención. Para hacer más eficiente este proceso, se dispondrá de una plataforma tecnológica que busca simplificar los procesos administrativos y de gestión al respecto.
En suma, la Estrategia de Seguimiento a las Directrices reafirma el compromiso del Instituto de apoyar, acompañar y fortalecer las capacidades de aquellos actores clave que tienen a su cargo la responsabilidad de diseñar e implementar las políticas educativas, así como de promover cambios y mejoras en la educación, desde el ámbito regional y local, a partir del uso de la evidencia generada por las evaluaciones.
Referencias.
Mark, M. & Henry, G. (2004). The Mechanisms and Outcomes of Evaluation Influence. Evaluation, 10(1), 35–57.
Conozca el Micrositio de las Directrices en el portal del INEE: http://www.inee.edu.mx/index.php/proyectos/directrices