¿Qué podemos aprender de la administración de las escuelas públicas de Chicago?

Por Verónica Orendain

Recientemente tuve oportunidad de conocer un caso de las escuelas públicas de Chicago, que implicó una reforma educativa con alcance local en 2005. Su propósito fue crear una “estrategia para aumentar el alto rendimiento de todas las escuelas” de la ciudad. Con tal fin, el plan instrumentado por la administración de Duncan descansó en tres estrategias: mejorar la lectoescritura, fortalecer el capital humano y proporcionar más oportunidades de aprendizaje a los alumnos.

De acuerdo con el Programa de Lectura de Chicago, todos los alumnos de educación básica debían recibir dos horas diarias de instrucción pedagógica nivelada de lectoescritura (Elmore, Grossman y King, 2007: 2).

El proyecto buscaba construir una estrategia para “aumentar el alto rendimiento” de las escuelas, el establecimiento de las expectativas y los objetivos según el tipo de escuela (que, por ejemplo, partían de niveles distintos), la dinámica del apoyo específico por escuela y la creación de los mecanismos del accountability, es decir, la responsabilidad, los mecanismos y las métricas para saber qué parte de la administración escolar era la responsable y encargada de garantizar los logros.

La resolución del caso fue compleja, pero los siguientes esquemas logran resumir la información relativa a los cinco pilares de una gran escuela en los cuales descansó la reforma, así como tipos de estrategia de aprendizaje que de ellos derivaron.

ESQUEMA 1

Aspectos a considerar para lograr la excelencia en el marco de un sistema educativo (de ciudad o país)

esquema1

Fuente: elaboración de la autora con base en Elmore, Grossman y King (2007).

ESQUEMA 2

Organización de las estrategias de aprendizaje y sus principales definiciones

esquema2

Fuente: elaboración de la autora con base en Elmore, Grossman y King (2007).

Bajo el supuesto de que las estrategias de aprendizaje son un “conjunto de actividades, técnicas y medios” con base en el perfil de los estudiantes para alcanzar aprendizajes específicos, es necesario tener claros los objetivos del curso, entre ellos, que las estrategias de aprendizaje impacten positivamente en los estudiantes, a niveles emocional y volitivo, para desarrollar sus propios medios de aprendizaje y promover su participación en la construcción de saberes.

En el caso de Chicago, resultaba difícil elegir una estrategia de aprendizaje, dado el alcance de su sistema educativo. Las consecuencias de la reforma eran de largo aliento e implicaban a cientos de escuelas inscritas en el sistema educativo de la ciudad. No obstante, las autoridades tomaron la decisión de fortalecer su proceso de enseñanza de lectoescritura, esto es, una estrategia orientada a un aprendizaje que propicia el pensamiento crítico y la profundidad en el conocimiento —el cual debe estar estrechamente relacionado con la realidad de los estudiantes—, estableciendo así un diálogo constructivo con la sociedad.

ESQUEMA 3

Correlación entre los esquemas 1 y 2: se opta por la estrategia “De memoria”, herramienta básica para el aprendizaje[1]

esquema3

Fuente: elaboración de la autora con base en Elmore, Grossman y King (2007).

En el esquema 3, la memoria es una estrategia fundamental y herramienta básica para el aprendizaje. Se le entiende como la capacidad de actualizar experiencias pasadas, y como condición de posibilidad de la imaginación y la creatividad.

Sólo en la medida en que quienes participan del proceso de aprendizaje se encuentran motivados y tienen clara la importancia de lo que saben y de lo que aprenderán, los nuevos saberes son viables. Memoria, pensamiento y lenguaje pueden verse motivados por una serie de estrategias: los ambientes que propician la creatividad, las relaciones entre diversas disciplinas y la capacidad de combinar los recuerdos con la palabra, son la base del desarrollo del pensamiento.

En el caso del fortalecimiento de la lectoescritura en las escuelas de Chicago, recordar, combinar y deslindar se orientó a comprender (incluida la emoción) que la lectura y la escritura son parte de un sistema de comunicación lo suficientemente poderoso como para crear o destruir civilizaciones enteras. Es una de las tecnologías más trascendentes que sólo la humanidad posee, un código organizado (como los computacionales que los alumnos estudian en la escuela y fuera de ella), sujeto a reglas dinámicas, que demanda creatividad comunicativa y estética para potenciarse, y que tiene diversas “salidas” — oralidad y escucha, lectura silente (diálogo con los muertos o pensamiento distante) y escritura—. Generar estrategias particulares para interiorizar estas ideas es de gran utilidad en la tarea de borrar resistencias y promover los valores intrínsecos a la lectoescritura.

Referencias
ELMORE, Richard F., Allen S. Grossman y Caroline King (2007). La administración de las escuelas públicas de Chicago. Boston: Harvard Business School.
NOY Sánchez, Luz Amparo (2011). “Estrategias de aprendizaje”. Slideshare (en línea).
ORMROD, Jeanne Ellis. (2005). Aprendizaje humano. Madrid: Pearson.
SCHAUB, Horst, y Karl G. Zenke (2001). Diccionario Akal de pedagogía. Madrid: Akal.


[1] Cabe mencionar que, en virtud del auge y una deficiente interpretación del modelo constructivista, las estrategias con base en la memoria han sido soslayadas.

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