Estrategias de política implementadas para atender el abandono escolar en educación media superior

Una de las directrices de mejora que el INEE emitirá en 2017 se concentra en el abandono escolar en la educación media superior, “debido a que es uno de los mayores retos que enfrenta el Sistema Educativo Nacional para asegurar el cumplimiento del derecho de los jóvenes a permanecer en la escuela”, explican las autoras, y aseguran que debe ser considerado como un problema sistémico, resultado de un proceso multicausal.

Giulianna Mendieta Melgar y Mariana Elizabeth Castro. INEE

En cumplimiento de su mandato constitucional y en pleno ejercicio de su autonomía, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) ha emitido tres conjuntos de directrices en áreas prioritarias de la educación: la formación inicial de docentes de educación básica, en septiembre de 2015; la atención educativa de niñas, niños y adolescentes de familias de jornaleros agrícolas migrantes, en agosto de 2016; y, la atención educativa de la niñez indígena, en enero de 2017. Esto tiene la finalidad de orientar la toma de decisiones para la mejora de los aspectos relevantes para la educación en México y contribuir, con ello, al cumplimiento progresivo del derecho a una educación de calidad para todos.

En seguimiento a esta labor, durante 2017, el INEE emitirá directrices de mejora enfocadas a la prevención y atención del abandono escolar en la educación media superior (EMS), debido a que este es uno de los mayores retos que enfrenta el Sistema Educativo Nacional (SEN) para asegurar el cumplimiento del derecho de los jóvenes a permanecer en la escuela y adquirir aprendizajes significativos y relevantes para la vida.

Introducción

El abandono escolar, en cualquier etapa de la trayectoria escolar, genera exclusión y tiene consecuencias negativas en la formación de capital humano y en los procesos de integración social (Blanco, 2014). Este problema debe ser considerado sistémico, resultado de un proceso multicausal, que en muchos casos se deriva de una acumulación de disparidades y deficiencias de aprendizaje que se expresan a lo largo de las trayectorias escolares de los estudiantes. Por ende, la ampliación de las oportunidades educativas debe asegurar la calidad en la oferta, de manera que no se reproduzcan o agudicen las desigualdades sociales (INEE, 2011).

En el caso de la EMS, confluyen dos panoramas: la matrícula se ha incrementado considerablemente en los últimos 25 años —poco más de la mitad de los jóvenes en edades idóneas para cursar este tipo educativo (15 a 17 años) está estudiando— pero la tasa de abandono escolar sigue siendo la más alta de la educación obligatoria. Esta interrupción se presenta en mayor medida durante el transcurso del ciclo escolar (deserción intracurricular), siendo mayor en el primer año. Así, en el ciclo escolar 2013-2014 la deserción en educación primaria fue de 0.8%, en secundaria de 4.1% y en media superior de 15.3% (INEE, 2016). En el mismo periodo, del total de alumnos matriculados en el primer grado de EMS, 23.8% abandonó la escuela, en tanto que en el segundo año, el porcentaje de abandono fue de 10.8% y de 6.6% en el tercer año (INEE, 2016). Los hombres presentaron una tasa de deserción más alta que las mujeres: 17.0% y 13.5%, respectivamente.[1]

La política educativa para la atención del abandono escolar en EMS Las intervenciones dirigidas explícitamente a atender el abandono en educación media superior y que conforman la política de atención al abandono escolar se pueden agrupar en tres categorías: 1) apoyos económicos; 2) apoyos al desarrollo socioemocional de los estudiantes, y 3) apoyos integrales.

Los apoyos económicos otorgados por el gobierno federal para incentivar la permanencia de los estudiantes en el nivel medio superior son fundamentalmente dos: 1) el Programa de Becas de Educación Media Superior (Probems), que es parte del Programa Nacional de Becas (PNB), y 2) el Programa Prospera, Programa de Inclusión Social, dirigido a familias beneficiarias con miembros en EMS, y su componente de Jóvenes con Prospera incorporado en 2003.

Los apoyos al desarrollo socioemocional de los estudiantes se otorgan, desde 2008, mediante el Programa Construye T, orientado a la prevención de los factores de riesgo y al fortalecimiento de los de protección. Aunque este programa no tuvo los resultados esperados en la disminución del abandono escolar, sí los tuvo en la disminución del ausentismo de los estudiantes; mayores expectativas de estudio y de trabajo; mayor autoestima y menos problemas de depresión y de violencia escolar (INSP-PNUD, 2013).

A finales del ciclo escolar 2012-2013, se redefinieron los objetivos y las dimensiones del programa con el fin de reorientarlos al desarrollo integral de los jóvenes por medio de las habilidades socioemocionales, centrándose en los siguientes puntos: 1) contribuir al desarrollo integral de los jóvenes para que culminen sus estudios y puedan enfrentarse exitosamente a los retos de la vida; 2) impulsar el liderazgo de los directivos y docentes; 3) lograr un impacto medible y positivo en materia de desarrollo de habilidades socioemocionales y mejora del ambiente escolar; 4) movilizar a la comunidad escolar para prevenir efectivamente el desarrollo de conductas de riesgo, y 5) cubrir la totalidad de planteles públicos del país en el año 2018.

Con respecto a los apoyos integrales, en 2011 inició el programa Síguele, Caminemos Juntos, acompañamiento integral para jóvenes de educación media superior. Esta estrategia se propuso contribuir a la mejora del aprovechamiento escolar, incrementar la tasa de eficiencia terminal y disminuir los índices de deserción y reprobación.

El programa articuló seis dimensiones: Sistema de Alerta Temprana (generador de información para acciones de intervención oportuna), Sistema Nacional de Tutorías Académicas (que atiende el aspecto académico), Programa de Orientación Vocacional (que se enfoca al área vocacional), Construye T (que se orienta al ámbito psicosocial y afectivo), Programa de Becas (dimensión económica) y Programa de Fomento a la Lectura. La mayoría de los componentes ya existían, sólo el Sistema de Alerta Temprana y Fomento a la Lectura fueron creados en 2011.

Estas intervenciones configuraron el escenario actual de la política de atención al abandono en EMS, la cual se caracteriza por tener un abordaje integral de respuestas diversificadas para atender el problema desde diversas aristas. Dicha política está conformada por el Movimiento contra el Abandono Escolar Yo no abandono, el cual retoma componentes del Programa Síguele y considera la multidimensionalidad del problema del abandono al atender aspectos individuales, sociales, institucionales y académicos.

Por su parte, los programas Construye T, Nacional de Becas, de Inclusión Social Prospera y de Fomento a la Lectura continúan vigentes. El Movimiento contra el Abandono Escolar es una estrategia que recupera intervenciones previas como los instrumentos de detección de los alumnos en riesgo de abandono del Sistema de Alerta Temprana, el programa de tutorías académicas y el programa de orientación vocacional.

Asimismo, incorpora acciones que buscan incentivar el diálogo con los padres de familia en planteles de EMS; el uso de redes sociales para prevenir y atender el abandono escolar; la recepción e inducción de los nuevos estudiantes en los planteles para favorecer una transición más amigable de la educación secundaria a la EMS, y el desarrollo de habilidades socioemocionales consideradas clave, debido a que se suman a las habilidades y competencias cognitivas establecidas en el Marco Curricular Común (MCC).

Una de las principales diferencias de esta estrategia con respecto a las anteriores consiste en el impulso a la gestión escolar, ya que promueve que los directores de los planteles de EMS lideren los procesos de planeación estratégica y fortalezcan el involucramiento de la comunidad escolar en la atención del abandono escolar.

El gasto público federal destinado al abandono en educación media superior

Durante los últimos seis ciclos presupuestarios (es decir, de 2012 a 2017), el recurso público federal para los servicios de EMS ha representado entre 12% y 14% del total del presupuesto aprobado para la Función Educación; en contraste, casi dos terceras partes de los recursos asignados a dicha función se otorgaron a educación básica.

Aunque no se cuenta con un programa que integre los recursos destinados a la atención del abandono escolar en EMS, ya que el Movimiento contra el Abandono Escolar no implicó la asignación de recursos adicionales, es posible realizar una aproximación a la cantidad proveniente de cuatro programas que buscan incidir en esta problemática, pero cuyos propósitos pueden tener un alcance mayor: 1) (S243) Programa Nacional de Becas; 2) (S072) Prospera, Programa de Inclusión Social; 3) (U080) Apoyos a centros y organizaciones de educación, el cual otorga los recursos de operación del Programa Construye T, y 4) (U079) Expansión de la Educación Media Superior y Superior, en el cual está integrado el Fondo para Fortalecer la Autonomía de Gestión en Planteles de Educación Media Superior, que contribuye a la prevención del abandono escolar mediante la implementación de proyectos dirigidos a la mejora de la infraestructura, compra de materiales educativos, resolución de problemas de operación básicos y fomento de condiciones de participación para que los alumnos, maestros y padres de familia —bajo el liderazgo del director—, se involucren en la resolución de los retos que cada escuela enfrenta. Así, se tiene que 17.22% del presupuesto dirigido a la subfunción EMS está orientado a contribuir, en cierta medida, a la permanencia de los estudiantes de este tipo educativo. Cabe destacar que 93% de estos recursos están destinados a atender las causas económicas del problema, mediante el otorgamiento de becas (Prospera y del PNB) y sólo 7% está orientado a la atención de causas de otra índole.

Los principales hallazgos sobre la implementación de la política de atención contra el abandono escolar

Una de las mayores fortalezas de la política contra el abandono escolar se refiere al diseño de la estrategia Yo no Abandono, debido a la flexibilidad y autonomía que se otorga a los actores para la toma de decisiones en el nivel micro de la política. Esto plantea un cambio en la gestión escolar, al poner al centro el liderazgo del directivo y la participación de la comunidad escolar.

Asimismo, en los planteles de EMS se identificó una amplia variedad de acciones contra el abandono escolar, muchas de las cuales ya se desarrollaban previamente. Entre ellas destacan: 1) Instrumentos para diagnosticar a alumnos en riesgo de abandono a través del mecanismo abc (asistencia, buen aprovechamiento y conducta); 2) actividades preventivas del abandono para alumnos de nuevo ingreso; 3) otorgamiento de becas que coadyuvan con la permanencia escolar; 4) actividades para crear ambientes propicios para la retención; 5) realización de pláticas con alumnos en riesgo por parte de maestros o tutores; 6) asesorías académicas; 7) visitas domiciliarias; 8) comunicación con los padres de familia, y 9) facilidad administrativa para la reincorporación.

Si bien los actores a cargo de la implementación de esta estrategia reconocen estas bondades, también destacan las siguientes debilidades: 1) Poca adaptabilidad de la estrategia a la diversidad de contextos y a la desigualdad existente entre los diversos planteles y subsistemas; 2) Desconocimiento de la estrategia en muchos planteles; 3) Escasa coordinación interinstitucional, intersectorial y entre subsistemas, debido a que la estrategia no incluye a las autoridades locales y se dirige directamente a los directores de los planteles; 4) Falta de recursos (económicos, materiales, de infraestructura, humanos e incluso de tiempo) que genera incoherencia entre el diseño y la operación; 5) Escasa participación de los jóvenes y padres de familia en la planeación y la toma de decisiones en los planteles; y, 6) Procesos de seguimiento y evaluación poco sistemáticos.

Consideraciones finales

Si bien han sido importantes los esfuerzos realizados por el Estado mexicano para atender el problema del abandono escolar en EMS, aún falta trabajar de manera integral, coordinada, articulada y con los recursos necesarios para evitar la pérdida anual de casi 700 mil jóvenes, así como para lograr la cobertura universal, a más tardar en el ciclo escolar 2021-2022, como se plantea en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.

Para ello, resulta necesario impulsar un conjunto de estrategias que permitan mejorar la atención al abandono en EMS, entre las que destacan las siguientes:

1. Generación de sistemas de información, inteligentes y articulados que permitan dar seguimiento a los estudiantes desde su ingreso al SEN.

2. Creación de un área de política específica para la atención y el seguimiento del abandono, así como para acompañar los cambios en las formas de organización escolar y de gestión para su instrumentación efectiva.

3. Implementación de estrategias de articulación intergubernamental y de coordinación intersectorial, interinstitucional y entre subsistemas.

4. Capacitación y acompañamiento a los diversos actores educativos.

5. Fortalecimiento del sistema de tutorías y orientación educativa.

6. Asignación de recursos específicos para la instrumentación de la estrategia de política integral para atender el abandono, y distribución más equitativa del gasto.

7. Fortalecimiento del vínculo padres de familia-planteles, así como el establecimiento de protocolos de acción inmediata ante casos de riesgo de abandono.

8. Mejor articulación entre la educación secundaria y la EMS.

9. Generación de mecanismos sistemáticos de seguimiento y evaluación de la estrategia de política.

10. Desarrollo de intervenciones que favorezcan la reincorporación de los estudiantes que abandonaron la EMS.

Las directrices que próximamente emitirá el INEE buscan aportar respuestas fundamentadas en evidencia y en la interlocución con actores sociales y educativos, para apoyar la toma de decisiones orientada a mejorar la permanencia y conclusión de los estudios de estos jóvenes, con óptimos niveles de logro.

Referencias

SEP-SEMS (2012). Reporte de la Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior (ENDEMS).

SIJ-UNAM (2016). Evaluación de la política contra la interrupción escolar en la Educación Media Superior. Ciudad de México: Documento Interno.

Valora Consultores (2016). Intervención para abatir el abandono escolar en Educación Media Superior en México: diseño, operación y resultados de la estrategia “Yo No Abandono”, desde la mirada de los actores escolares y autoridades educativas 2016. Ciudad de México: Documento Interno.

Blanco, Solís y Robles (2014). Caminos desiguales. Trayectorias educativas y laborales de los jóvenes en la Ciudad de México.

INSP-PNUD (2013, septiembre). Informe final de la evaluación de impacto del Programa Construye-T.

INEE (2011). La educación media superior en México: Informe 2010-2011. Ciudad de México: INEE.

INEE (2015). Panorama Educativo de México 2014. Indicadores del Sistema Educativo Nacional. Educación Básica y Media Superior. Ciudad de México: INEE.

INEE (2016). Panorama Educativo de México 2015. Indicadores del Sistema Educativo Nacional. Educación básica y Media Superior. Ciudad de México: INEE.

INEE (2017). La Educación Obligatoria en México. Informe 2017. México: INEE.

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[1]Para el ciclo escolar 2014-2015, la tasa de deserción en media superior fue de 14.4% (INEE, 2017).

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